Capítulo 6

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A la mañana siguiente no tenía ganas de levantarme de la increíblemente cómoda cama, pero la luz del sol que salía por la ventana reflejaba directamente en mi cara, así que no tuve más remedio que despertar de la mejor siesta que he tenido en años. Cuando encendí mi teléfono miles de llamadas y mensajes aparecieron en mi pantalla, siete llamadas y cinco mensajes eran de mi madre diciendo que quería hablar conmigo inmediatamente, supongo que mi pesadilla está a punto de comenzar, tenía otras diez llamadas perdidas, cinco de Mia y cinco de Josh junto con varios mensajes preguntando en donde me había metido y si estaba bien, pronto comencé a sentirme mal por haberlos dejado preocupados por mí pero no podía hacer nada, por un lado no iba a regresar a esa horrible fiesta y por el otro, si encendía mi teléfono mi madre no dejaría de llamar así que tendría que buscar una forma para que perdonaran mi descuido.

-    ¡Vaya por fin despiertas! Ahora podrías hacerme el favor de largarte de aquí- ruge Hayden entrando a la habitación.

Oh...por...Dios ¡La cama en la que había dormido tan placenteramente era de Hayden al igual que todo lo que contenía la habitación! Me quedé completamente helada al descubrirlo. Hayden parecía furioso porque pase la noche en su cuarto, pero me alegró el día saber que lo había puesto así, es lo menos que se merece por cómo me trató ayer.

-    Lo...lo siento... no sabía que este era tu habitación- digo levantándome de la cama.

No puede ser, Hayden estaba nuevamente vistiendo solo una toalla, tenía el cabello revuelto y húmedo, en definitiva acababa de tomar una ducha, se notaba por las pequeñas gotas de agua que caían de algunos mechones negros y también me lo decía su increíble cuerpo aún mojado.

-    Eso es obvio, de otra forma no te hubieses quedado aquí, además quiero que tengas algo muy claro, nadie entra a mi habitación a menos que yo lo autorice y no recuerdo haberte autorizado a ti a entrar por lo tanto quiero que te largues- vuelve a soltarme pero esta vez tomándome del brazo y jalándome hacia fuera.

-    No me toques- digo soltándome de un jalón.

-    Entonces fuera de aquí- repite señalando la puerta.

-    ¿Se puede saber por qué eres un imbécil conmigo?- éxito saber. – No te he hecho absolutamente nada para que tú decidas tratarme así, ni siquiera me conoces.

-    No necesito saber quién eres para darme cuenta de lo irritante y molesta que eres.

¡¿Irritante yo?! ¡Que acaso no se ha visto en un espejo! Me quedé boquiabierta ante su aclaración.

-    Me has visto una vez y anoche no cuenta.

-    Sé más de ti con esa simple vez que tú en toda tu vida- me dice al oído. – Eres una chiquilla millonaria que vivió lejos durante toda su vida ya que sus padres siempre estuvieron ausentes y decidieron que sería más fácil mandarla lejos que hacerse cargo de ti, volviste hace poco con la esperanza de empezar nuevamente tu vida con una familia unida y amigos, sin mencionar que eres la típica chica perfecta que todo lo tiene planeado ¿dime si me equivoco?

-    Te falto la parte donde conozco al idiota condescendiente que cree que tiene el mundo a sus pies cuando en realidad no es más que un niñito asustado y reprimido ¿dime si me equivoco?- ataco sarcásticamente al igual que él.

Esperaba una reacción grosera o que me echara a patadas de la fraternidad pero en vez de eso simplemente me sonrío seductivamente.

-    Bien jugando Prescott- se gira para tomar su ropa limpia que está en su armario. Por un momento me quedé mirándolo pensativamente. - ¿Qué? Ese es tu nombre ¿cierto? Teresa Prescott.

Eres Mía (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora