Debimos estar muertos de cansancio pero no por lo que sucedió anoche sino por todas las peleas, enojos y discusiones, por fin dejamos mostrar lo que realmente sentimos y seguramente la descarga de tantas emociones nos dejó débiles. Lentamente comencé a abrir los ojos, dejando que la luz del día me deslumbrara y poco a poco giré mi cuerpo hacia el lado izquierdo donde se encontraba Hayden aún dormido rodeando mi cintura. Cuidadosamente removí un mechón de cabello que cubría su rostro, acariciando a la vez su mejilla.
- Buenos días- digo con una sonrisa brillante.
- ¿Qué hora es?- pregunta algo asustado.
- Ammm...pasan de las nueve- respondí tomando mi teléfono para mirar la hora.
Me quedé sorprendida al ver las miles de llamadas perdidas de Mia aparecieron en pantalla. Pobre, seguramente está asustada o preocupada, tenía que comenzar a pensar en una muy buena excusa, de ninguna manera le contaría en donde pase la noche ni con quien.
- ¡Carajo! Tienes que irte- me suelta levantándose de la cama a toda prisa.
Arrugue la frente al oír su petición y me senté cubriendo mi cuerpo desnudo con la sábana blanca.
- ¿Acaso no me has oído? Vístete y espera a Will abajo, le diré que te lleve a la residencia- exclama mientras se cambia apresuradamente.
Me desenvolví de las sábanas y rápidamente me levanté de la cama con los ojos llorosos, tomé mis cosas y comencé a vestirme. No podía parar de llorar pero sobre todo no podía creer que Hayden estuviera echándome de su habitación, volvió a ser el monstruo desagradable y desconsiderado que era cuando nos conocimos, no iba a soportar que fuera cruel conmigo, no después de haber compartido mi primera experiencia sexual con él. Me sentía humillada, usada y arrepentida por lo que habíamos hecho, pero eso es lo que merezco por haber vuelto a creer en él, lo único que conseguí al final fue un dolor punzante en mi pecho por tanta tristeza. Baje las escaleras a toda prisa llegando a la puerta cuando Hayden me detuvo.
- Oye espera, tranquila ¿qué te pasa?- pregunta confuso.
- ¡No me toques!- jalo mi brazo izquierdo intentando liberarme.
- Tessa...
- ¡He dicho que me sueltes!- mi mano derecha fue directo hacia su mejilla soltándole una cachetada. – ¡No quiero que vuelvas a tocarme en tu vida Hayden! Olvida lo que pasó y sobre todo olvídate de que existo.
Al darle la cachetada inmediatamente me soltó de su agarre y posó su mano en su mejilla tratando de aliviar el dolor que había causado, pero eso no era nada a comparación del dolor que yo sentía.
- ¡¿Qué carajos te pasa!? ¿Porque me golpeas?- pregunta indignado.
- Sabía que eras un cabrón pero no puedo creer que fingías que no ha pasado nada entre nosotros- respondo empujándolo. – No soy como las demás chicas a las que estás acostumbrado Hayden, tengo sentimientos y el que me trates como una basura no lo pienso permitir jamás.
- Puede que ahora no lo entiendas Tessa pero lo hago por ti, yo no busco una relación y créeme que no soy el hombre que estás buscando- dice tomándome de las muñecas parando los empujones.
- Eso debiste pensar en eso antes de pasar la noche conmigo ¿no te parece?- se quedó quieto y tenso porque sabía que decía la verdad. – No vuelvas a buscarme. No sabes cuánto te odio Hayden Steele.
Al oír mis duras palabras se alejó unos pasos de mí y supe que lo había destrozado por ello. Habla a en serio, no quería que volviera a acercarse a mí después de esto, lo mire una última vez dejando que viera mis ojos enrojecidos y mejillas empapadas de lágrimas haciéndolo sentir culpable por daño que me había causado antes de salir de la casa. Tomé un taxi y fui directamente al dormitorio, sabía que al llegar me esperaría el largo interrogatorio de Mia o por lo menos una buena pelea a gritos. Mi cabeza estaba tan agitada que lo único que quería hacer era meterme a la ducha y llorar hasta que no pudiera soltar una lágrima más. Me limpié los ojos y soplé un poco de aire para que lo hinchado y enrojecido de mi rostro desapareciera antes que Mia lo notara pero era inútil, nadie podía quitarme el sentimiento de derrota que tenía. Le pagué al taxista con un billete de veinte dólares, me baje del auto y comencé a caminar hacia mi dormitorio. No se porque parecía que mi vida estaba transcurriendo en cámara lenta, podía ver a todas las chicas que tenía alrededor, pero me sentía tan aturdida que no escuchaba nada ni a nadie, parecía que estaba completamente sola. Tal vez así es como se siente tener un vacío en el corazón. Solté aire por última vez antes de introducir la llave en el cerrojo de la puerta, intenté tardarme varios segundos antes de abrirla pero una persona con cara de preocupación combinada con enojo ya lo había hecho por mí.
- ¡¿Teresa Prescott se puede saber dónde diablos has pasado la noche!? He estado tan preocupada que yo...- cubre su boca con sus manos al verme. – Tessa...por Dios ¿qué te pasó?
No tuvo que decir mucho, inmediatamente fue a abrazarme y yo solté todo el llanto que estuve guardando durante todo el camino devuelta a los dormitorios. Mi cabeza y ojos comenzaban a doler y no podía parar, cada vez que recordaba las palabras de Hayden o sus caricias por todo mi cuerpo hacían que el llanto fuera más intenso. Mia no pregunto nada porque sabía que no era el momento de hacerlo, ella solo me abrazo fuertemente durante un largo tiempo hasta que estuviese preparada para soltarla.
- Lamentó no haber llamado. Tienes todo el derecho de estar molesta conmigo- me disculpo poniendo fin al abrazo.
- Por favor dime que Jack no te hizo daño- a juzgar por la expresión de preocupación de Mia estaba dando por hecho que Jack había abusado de mí.
- Jack no intentó violarme si eso es lo que te preocupa, él fue magnífico conmigo- expliqué sentándome en mi cama.
- Entonces... ¿Qué fue lo que pasó?- Mia tomó asiento junto a mí rodeándome el cuello para hacer que mi cabeza se apoyara en su hombro.
Me sentía tan avergonzada, pero quería desahogarme con alguien y Mia era la mejor opción para hacerlo. Sabía que cualquier cosa fuera buena o mala podía contar y confiar en ella, así que fui contándole pasó por paso lo que había sucedido la noche anterior. Mia estuvo escuchando mi historia atentamente, le conté hasta el más mínimo detalle mientras que ella ahogaba pequeños gritos y hacía diferentes gestos.
- Mieeerda Tessa, te has metido en un buen rollo- se burla dándome un empujón hombro con hombro.
- Lo sé, le he dicho a Hayden que no quiero saber nada más de él- dije tratando de convencerme a mí misma.
- Tess, sé que no quieras escuchar esto ahora pero Hayden no se dará por vencido- tal vez Mia tenía razón, pero no quería hacerme más ilusiones. – No has pensado que tal vez tenga una buena razón para haber hecho esto.
- Mia, tú y yo sabemos que Hayden es una persona incapaz de sentir algo por alguien- me duele decirlo pero era cierto.
- ¿Y tú qué sientes por él?- su pregunta me deja sin palabras y por un momento y comencé a analizar las cosas.
Esa pregunta tenía miles de respuestas pero ni siquiera yo sabía que era lo que sentía. Cuando conocí a Hayden lo primero que pensé fue que era una persona bastante atractiva, pero con una cinta de advertencia por todo el cuerpo, después me mostró ser una persona extremadamente petulante y grosera así que preferí mantener mi distancia y por alguna extraña razón mientras más intentaba alejarme de él, de alguna forma me acercaba más hasta que ya no pude separarme de su lado.
Hayden se había metido profundamente en mi corazón y ya no era capaz de estar lejos de su lado. Era la única persona capaz de desafiarme y cuestionarme cada cosa que hacía, me hacía hacer cosas que jamás imaginé que haría en un futuro, le había dado mi primer beso porque creí que lo valía al igual que me dejé llevar en nuestra primera noche juntos porque sabía que cuidaría de mí. Creí que lo conocía, pensaba que poco a poco me mostraría su verdadero yo pero me equivoqué. Las personas no cambian solo fingen cambiar para obtener lo que quieren, al menos él no fingió nada, me dejó muy en claro que yo no significaba absolutamente nada para él, tan solo fui una nuevo experimento en su vida mientras que yo había llegado a quererlo más de lo que he llegado a querer a nadie.Me daba miedo estarme enamorando de Hayden Steele.
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Eres Mía (1)
Teen FictionTessa Prescott ha vivido la mayoría de su vida en un internado en Londres hasta que decide regresar a su hogar en California para cumplir su sueño de estudiar literatura en la universidad de Stanford. Ella cree que todo saldrá como lo ha planeado de...