Capítulo 27

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Le roce el cuello con los labios y él me depositó en el suelo mirándome sorprendido por mi acción, inclinó la cabeza apretando sus labios contra los míos con dulzura acercándome más a él. Ahora que ya habíamos dado el primer paso no estaba dispuesta a parar ahí, durante un momento nuestros besos fueron tiernos y cálidos haciéndonos sentir más calmados y preparados.

- ¿Estás segura de esto?- pregunta agitado.

- Te amo- acaricio su mejilla derecha y él responde a mi caricia besando mi mano. – No podría estar más segura.

- Te amo preciosa. Te he deseado durante tanto tiempo, eres todo lo que quiero- con esas palabras me incline hacia delante y lo bese con fuerza y ansias.

Recorrió mi espalda con los dedos en búsqueda de la cremallera de mi vestido y lentamente fue bajándola hasta solo tenerme en ropa interior. Tomó un momento para mirarme con ojos hambrientos e intensos.

- Joder...eres perfecta- dice, pasando sus dedos por su cabello.

Reí ante su comentario antes de abalanzarme sobre él quitándole la camiseta por encima de la cabeza y desabrochando sus pantalones. Comenzamos a juguetear un poco hasta que Hayden me tomó de los muslos levantándome del suelo y llevándome hasta la cama, impacientes caímos sobre el colchón mirándonos fijamente sin parar de sonreír.
Arqueé la espalda dándole el espacio necesario para que pudiera quitarme el sujetador mientras que yo aproveché nuestra cercanía para tomar el elástico de su bóxer y bajarlo. Los besos de Hayden fueron desde mi mejilla, por mi cuello llegando hasta mis pechos tomando un momento para besar y lamer uno de mis pezones y trasladándose al otro repitiendo la misma acción antes de que bajara su cabeza por mí estomago haciéndome soltar un largo y entrecortado gemido por la sensación de su respiración contra mi vientre. Sin darme cuenta agarró mis bragas bajándomelas con las dos manos y salió de la cama con nuestras prendas dejándolas sobre el resto de la ropa que se encontraba tirada en el suelo.
Cuando Hayden giró su cuerpo hacia mí abrí completamente los ojos de impresión al ver por primera vez su miembro al descubierto. Solté un leve suspiro de sorpresa al darme cuenta de lo grande que era, mucho mayor de lo que yo imaginaba. Me quedé mirándolo unos segundos preguntándome cómo iba a caber eso dentro de mí. Apoyó la rodilla en la cama volviendo a subirse en ella para colocarse nuevamente encima de mí.

- Hayden hay algo que debo decirte- digo nerviosa. – Soy...Soy virgen.

Me dedica una sonrisa sincera antes de besarme suavemente.

- Eres mi Tessa, solo mía. Esta también es mi primera vez- confiesa sincero. – Yo jamás he hecho el amor, todas esas veces han sido cogidas sin importancia ni sentimientos, pero esta noche aquí contigo sabré lo que es hacer el amor por primera vez.

Si tenía alguna duda sobre esta noche había desaparecido inmediatamente después de las palabras de Hayden.

- ¿Estás segura? Yo podría esperar el tiempo necesario, no tiene por qué ser esta noche- alargue la mano hacia la mesita de noche donde se encontraba un pequeño envoltorio, tomándolo y poniendo enfrente de él.

- No quiero esperar más, estoy segura.

Nunca había visto un condón, conocía la existencia de ellos por las clases de educación sexual que solíamos tener en el internado pero no estaba para nada familiarizada con ellos, me sentía un poco torpe por no tener este tipo de conocimientos y experiencias pero no era el momento de avergonzarme.
Tomó el pequeño envoltorio rasgándolo con sus dientes. Cuando libero el plástico lo llevó hasta su miembro deslizándolo poco a poco hasta que con una rodilla separó aún más mis piernas y tras un momento lo sentí rozando mi sexo, cerré los ojos y tragué saliva antes de hacerlo.

- Iré despacio ¿de acuerdo? Al principio puede que te duela un poco, si quieres que pare solo dímelo- dice con voz suave.

Su mirada era delicada y tierna, Hayden se inclinó hacia mí dándome un último beso antes de notar el roce del condón en mi piel, un segundo después tensó su cuerpo y empujó suavemente hasta estar dentro de mí. Cerré los ojos con fuerza al momento de sentir dolor y mordí mi labio al mismo tiempo para ahogar un gemido.

- ¿Estás bien?- pregunta antes de moverse.

- Si...tranquilo- respondo intentando acercarme aún más.

Con un ligero movimiento salió y entró nuevamente en mí, mis muslos se apretaron con más fuerza a sus caderas con cada embestida. Al principio fue doloroso pero Hayden me tranquilizo besándome por todas partes.

- Mírame Tess- consigue decir. – Me encanta está dentro de ti preciosa.

- Hayden...- gemí contra su oído.

Una vez que me relaje la sensación dejó de ser dolorosa y comenzó a ser placentera. El movimiento de su cuerpo contra el mío se volvió más rítmico y coordinado, nuestras respiraciones se volvieron más aceleradas y el miedo que había sentido al principio había desaparecido. Sé que estaba siendo cuidadoso y controlado conmigo lo que hacía que disfrutara cada momento pero comenzaba a desear más de lo que me estaba dando.

Mientras más pasaba el tiempo Hayden comenzó a entrar y salir de mí acelerando más el ritmo, haciéndome gemir su nombre, volviendo el placer más intenso. Mis manos fueron directo a su espalda rasguñando aquel dragón chino que tenía tatuado.
Nuestros cuerpos estaban envueltos en una capa de sudor, la habitación estaba llena de gemidos y gruñidos causados por el ritmo salvaje que tomamos, al cabo de unos pocos minutos me penetro una última vez antes de desplomarse junto a mí. Fue incomodo sentir el vacío que dejó al salir por completo de mí, tomó el condón haciéndole un nudo y tirándolo al pequeño bote de basura que se encontraba al lado de la mesa de noche.

- ¿Te duele?- dijo acariciando mi vientre. - ¿Cómo te sientes?

- Me duele un poco pero estoy bien- respondo avergonzada.

- Ha sido maravilloso Tess- dice acercándome a él y estrujándome contra sí.

- Si, lo ha sido- le doy un beso en la mandíbula.

- ¿Te cuento un secreto? Jamás lo había hecho con una virgen- confiesa dejándome paralizada. – Hoy ha sido una noche de nuevas experiencias y me alegra que fueran contigo.

- Te amo Hayden.

- Te amo Tessa.

Nos quedamos tumbados en la cama uno junto al otro abrazados el resto de la noche sin decir nada tan solo escuchando como nuestras respiraciones se iban desacelerando. Hayden se había quedado profundamente dormido mientras que yo repasaba mentalmente una y otra vez la mejor noche de mi vida. Sentía curiosidad y algo de celos por todas esas chicas con las que Hayden había tenido relaciones, sé que él dijo que fueron veces sin importancia ni sentimientos, pero aun así no podía dejar de pensar en ello. ¿Con quién habrá perdido su virginidad? ¿Habrá amado a alguna de ellas? ¿Las hizo sentir especiales como a mí? Eran preguntas que vagaban por mi cabeza pero todo eso se fue cuando recordé lo que había dicho antes, así cómo está fue mi primera vez, está también fue su primera vez haciendo el amor y eso jamás lo olvidaría.

Eres Mía (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora