Eres Mía (1)

Capítulo 10

La semana pasó más rápido de lo que yo esperaba, los trabajos extras y tareas me tenían tan ocupada que en cuando menos me di cuenta ya era viernes y me sentía feliz porque mañana por la tarde estaría con Hayden en la fiesta del lago. Aun no entiendo como pase de odiarlo a muerte a volver a sentir mariposas en el estómago cada vez que parecía alrededor. Mia no tenía idea de mis planes para mañana por la tarde, preferí mantenerlos en secreto puesto que podría prestarse a malas interpretaciones, ella era experta en pensar cosas erróneas y no quería arriesgarme a que mi encuentro con Hayden le diera alas para pensar que teníamos algo más como una relación secreta o algo parecido, aunque pensándolo bien, ni siquiera tenemos una amistad, tan solo éramos dos simples desconocidos que se han empeñado a destruirse uno al otro sin ninguna razón. Espero que este encuentro pueda llevarnos a una tregua y dejar de fastidiarnos la vida.
Había quedado con Mia y Josh para juntarnos y hacer una sesión de estudio, así podríamos comenzar a leer la primera obra asignada para el trabajo final, Sensatez y Sentimientos por Jane Austen. Nos encontrábamos en mi dormitorio rodeados de cuadernos, plumones y papeles tirados, mientras mis amigos leían atentamente y tomaban notas, mi cabeza no paraba de pensar en Hayden. Es tan extraño para mí no poder dejar de pensar en alguien, sientes que todo tu mundo gira entorno a los momentos que pasaste con esa persona tratando de averiguar cómo es que pudo colarse en tu mente y no puedes dejar de imaginarte que es lo siguiente que pasará. No puedo creer que me esté pasando esto con un chico al cual apenas conozco, creo que necesito un psicólogo con urgencia.

-    ¡Hey! ¿Estás bien? Te noto algo distraída y ni siquiera vamos en la página cuarenta del libro- dice Josh arrojándome una bola de papel.

-    Si Tessa, te hemos notado algo extraña toda la semana- agrega Mia.

Mis amigos me habían devuelto a la realidad, no sé cuánto tiempo estuve mirando a la nada mientras mordía mi lápiz, me sentía culpable por no decirles nada y sé que jamás perdonarían mi falta de confianza hacia ellos por no contarles lo que había pasado en el dormitorio después de la fiesta de Stacy, pero al contarles a más personas lo sucedido es como si estuviera aceptando que algo pasó cuando en realidad no sucedió absolutamente nada.

-    Estoy bien, solo algo cansada por todos los deberes que nos han dejado últimamente- digo cerrando mi libro y saltando de la cama.

Necesitaba estar sola un momento, últimamente no me he dado el lujo de darme un tiempo para mí.

– Creo que iré a comprar un café a la cafetería que está aquí cerca del campus ¿Quisieran algo de ahí?-ofrezco amablemente.

-    No gracias estamos bien- habla Mia por ambos.

-    De acuerdo, volveré en seguida.

La cafetería que se encontraba cerca del campus era bastante acogedora, era un pequeño lugar construido de ladrillo, adentro podías encontrar la barra donde servían los cafés y cinco mesas de madera dispersas con cuatro sillas en cada una y un gran estante repleto de libros por si te apetecía leer algo mientras tomabas tu café. Llegando mi turno ordene un latte con leche de almendras dos de azúcar y crema batida con canela espolvoreada por encima, era como la navidad en un vaso para mí. Mientras esperaba mi bebida decidí recorrer el estante de libros para ver qué clase de literatura tenían en esta pequeña cafetería cuando de repente alguien me había tocado cuidadosamente el hombro.

-    ¿Tessa eres tú?- giré mi cuerpo hacia el extraño que sabía mi nombre.

-    Si, hola, lo siento ¿nos conocemos?- me sentía algo confundida, había algo familiar en su rostro pero aún no descubría quién era.

-    Soy Jack Carter nos conocimos en la fiesta de la fraternidad- me recuerda.

¡Por supuesto, como pude haberlo olvidado! Jack era el chico rubio de ojos cafés que había conocido en la habitación de Hayden, recuerdo que fue la única persona que se comportó amable conmigo ese día.

-    Claro, Jack ¿Cómo has estado?- respondo y me sorprende dándome un abrazo.

-    Yo estoy bien ¿Qué tal tú? La última vez que nos vimos no estabas de buen humor- dice guiándonos a una de las mesas que se encontraban ahí.

-    Mejorando. Cada día intento mejorar las cosas que pasan en mi vida- sonrío amistosamente.

-    No entiendo como una chica tan linda como tú puede tener tantos problemas. Seguramente las cosas con tu novio se resolverán- acaricia mi mano en forma de consuelo.

Consideré reírme cuando menciono la palabra novio en su oración. Yo jamás había tenido ni un amigo, por lo tanto la palabra "novio" no estaba en mi vocabulario. Las únicas relaciones que he tenido han sido con Romeo, el señor Darcy e incluso Edward Cullen pero obviamente todas han sido producto de mi imaginación.

-    No, yo no tengo novio- digo riéndome.

-    Oh lo siento, no sabía que habían terminado, eso explica porque estabas molesta- dice Jack tomando un sorbo de su café.

-     Me refiero a que yo nunca he tenido novio- la sonrisa de Jack se fue intensificando en cuanto escuchó mi confesión.

Antes de que pudiera decir alguna palabra escuché a alguien gritar mi nombre en la barra como señal para que pudiera recoger mi café, me levanté cuidadosamente al igual que Jack y ambos fuimos directo a la barra donde depositan las órdenes de los clientes.

-    Así que... ¿Nunca has tenido novio?- pude percibir algo de nerviosismo en su voz cuando hizo esa pregunta.

-    Cuando era pequeña fui a un internado de señoritas en Londres así que prácticamente fui criada por mujeres y yo no salía mucho, solo me quedaba en la escuela leyendo o viendo alguna película antigua ¿Por qué? ¿Es tan difícil de creer?- tomo mi vaso y río un poco ante mi comentario.

-    Lo difícil de creer es que una chica tan hermosa como tú no haya sido admirada jamás, te aseguro que tendrías a una fila de hombres detrás de ti- ambos reímos después de tomar mi falta de experiencia como un buen chiste, creo que prefería tomarlo de forma burlesca en lugar de sentirme mal por no saber nada acerca de las cualidades del sexo opuesto.

-    Miren a quien tenemos aquí a "la madre Teresa" y al capitán del equipo, esto sí que es una sorpresa- dice Stacy con sarcasmo parándose delante de nosotros y venía del brazo de...Hayden.

Al verlos juntos una oleada de celos se apoderó de mí ¡¿Por qué estaba con ella!? ¿Acaso lo que había pasado en mi dormitorio no significaba nada para él? Pues claro que no, estábamos hablando de Hayden Steele quien es conocido por utilizar a las chicas, solo a mí se me ocurre pensar que todo lo que dijo anoche lo decía en serio.

-    Qué pasa Jackson, ya te aburriste de las porristas y ahora vienes en busca de la virgen- dice Stacy mientras que Hayden suelta una carcajada.

-    Yo mejor me voy, estaba teniendo un excelente día y no quiero que se arruine- solté mirando directamente a Stacy.

Le di un abrazo rápido de despedida a Jack y salí de la cafetería sin importarme lo maleducada que pude parecer por no despedirme de ellos, no tenía intención de mirar atrás, quería que vieran que sus comentarios ya no me afectaban hasta que oí a Hayden gritar mi nombre por detrás.

-    ¡Tessa espera!- lo miro molesta mientras camina rápidamente hacia mí.

-    ¿Qué es lo que quieres?- pregunto.

-    Te llevaré de vuelta a los dormitorios- hace un movimiento rápido y queda enfrente de mí.

-    Estas jugando ¿verdad?- replicó indignada.

-    No, lo digo en serio- responde formando una sonrisa. – Vamos, no seas miedosa.

Este chico en definitiva estaba loco. Sus cambios de humor estaban comenzando a hartarme y esto no se quedaría así.

-    ¡No puedes ser una persona cuando estás a solas conmigo y otra cuando estás con tus amigos! Y...y no puedes fingir interés en mí un día y al otro insultarme...sabes que, preferiría irme caminando sobre vidrios rotos que subirme nuevamente a tu estúpida motocicleta e irte abrazando todo el camino- definitivamente estaba molesta, espero haberle dejado muy claro que nada volvería a pasar entre nosotros mientras tuviera esa actitud bipolar conmigo.

Hayden parecía bastante sorprendido por mi reacción, no dijo ni una palabra simplemente se quedó ahí parado con los brazos cruzados mirando cómo me marchaba. No hizo ningún intento por detenerme, pero sabía que no se rendiría tan fácil, lo cual me alegraba inmensamente en el fondo.