Capítulo 23

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La motocicleta de Hayden me hacía sufrir, la última vez que me subí a este monstruo creí que ¡Iba a morir! El no entiende de estas cosas puesto que es una persona que siempre busca el peligro y sentir la adrenalina al máximo, yo en cambio prefería la seguridad y estabilidad de un auto.

-    Creo que me iré con Jim en su auto- retrocedo un poco al ver la moto.

-    Tú no irás con nadie más que conmigo preciosa- dice mientras me toma en brazos apresuradamente.

Ya se le estaba haciendo costumbre a Hayden tomarme en brazos cada vez que no hacía lo que él decía. Suavemente me deposita en el asiento trasero y me ayuda a ponerme el casco. Puedo sentir sus enormes ojos color zafiro recorriendo mi rostro sin siquiera pestañear.

-    ¿Todo en orden?- pregunto desconcertada.

-    Sí, es solo que...no puedo creer que seas mía.

-    ¿Se puede saber por qué la obsesión con las palabras "Eres mía"?- estaba tan cansada de que dijera eso porque no era real.

Esa frase sonaba cruel y posesiva, me hacía sentir como una especie de objeto que acababa de ganar en la feria.

-    Tal vez algún día lo entiendas- me da un rápido beso en la mano y después se sube a la moto.

Odiaba subirme a estas cosas, el riesgo que la mayoría enfrentaba al subirse a una motocicleta era increíble. Aunque tuviera casco, rodilleras o el mejor equipo de seguridad nada me hacía sentir más segura que estar abrazada a Hayden, mis brazos rodeando su cintura mientras que mi cara y pecho descansaban sobre su espalda, era la única forma en la cual yo pudiera considerar subir a esta cosa.
Empecé a prestar atención al lugar por donde me llevaba pero no reconocí nada alrededor tan solo veía casas de lujo y mansiones por todos lados. De pronto Hayden se había estacionado en frente de una de esas increíbles casas. Esta tenía hermosos y gigantescos ventanales que cubrían los dos pisos. Por fuera la casa estaba hecha gran parte de piedra negra y la otra parte de madera haciéndola lucir elegante y moderna.

-    Vamos sígueme no te quedes ahí bobeando- extiende su mano para ayudarme a bajar de la moto.

-    ¿Hayden que estamos haciendo aquí? ¿Quién vive en esta casa?- estaba tan ansiosa que no paraba de preguntar cosas.

-    Esta es mi casa y también será la tuya por los próximos días- dice abriendo la puerta.

La casa por dentro es mucho más bella que por fuera. Mi madre moriría por contactar al diseñador de interiores que decoró este lugar, su gusto era perfectamente balanceado y exquisito. Todo era de mármol blanco y los muebles color negro, definitivamente esta casa era más bella que la mía.

-    ¿Por qué estás tan callada Prescott? Eso no es normal en ti- dice sarcásticamente mientras se quita la chaqueta negra.

-    Es solo que no puedo creer que tengas una casa tan hermosa y vivas en una fraternidad- respondo aun apreciando cada cubículo de la casa. - ¿Y tus padres saben que estamos aquí? No quisiera importunarlos.

-    No te preocupes por ellos, no serán un problema- coloca su mano derecha sobre mi espalda guiándome hasta las escaleras.

Esperaba no conocer a los padres de Hayden hoy, era demasiado pronto y aún no tenía muy claro que éramos en realidad, ¿Conocidos? ¿Amigos? ¿Rivales? ¿Amantes? No teníamos nada claro, pero esperaba que el venir a vivir con él durante un tiempo nos ayudará a descifrar nuestra relación.
Me llevó al piso de arriba mostrándome primero una sala de música, seguido de una de entretenimiento y a las habitaciones de huéspedes hasta que nos encontramos con la recámara principal. La habitación era increíble, lo primero que saltaba a la vista era el ventanal que cubría toda una pared, desde este punto se podía ver la ciudad entera y me imagino que de noche se vería aún más espectacular. Tenía una cama enorme con mantas de seda negra cubriéndola y a los lados de ella dos mesas de noche. El baño era precioso y bastante amplio, se encontraban dos lavabos, una tina, una regadera y por supuesto el inodoro. Al lado del cuarto de baño se encontraba el armario, este era el lugar más pequeño pero estaba lleno de zapatos, camisas y pantalones de diferentes colores. Era gracioso ver ropa que no fuera de color negro en el armario de Hayden.

Eres Mía (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora