22

1K 106 5
                                    

-El abuelo te necesita -Un estruendoso golpe sonó en toda la cueva

-¡maldita mujer! -El hombre se torcía en donde podía. Abrir los ojos y verlo me había sorprendido a muerte

-No, no te acerques así tan de repente -Logré tomar postura y caminar hacia la luz

-No puedo creer que una simple humana cause este tipo de dolor -Apenas y podía levantarse de tal golpe entre las piernas

-Fuiste tu el que me sorprendió primero -Tratando de recomponerse, soltó un gran suspiro y volvió a repetir

-El abuelo necesita de tu ayuda, lleguemos temprano -Muy dentro sabía que el anciano era muy fuerte y posiblemente a estas circunstancias, él ya estaría casi del todo sano. Pensarlo me hacía sentir mal

-¿Estás bien? -No, no lo estaba

-Si

-¿Cómo se encuentra tu pie? -Moverlo tan seguido ya no era tan doloroso

-Mejoró lo suficiente para poder caminar -Él suspiró un momento y proseguimos

Esta vez ya no me llevaba en su gran espalda, solo lo seguía a distancia

-No te alejes tanto -Caminó más lento logrando estar más cerca que antes

-Si el abuelo mejora, tu... -Hizo un pare repentino

-Que pasa -Una mujer, una mujer estaba frente a nosotros. Natsu actuó a la defensiva

-Quédate atrás -En un susurro, él como supiera lo que decía, se alejó con ella entre los más frondosos árboles. Esos ojos, ese rostro, todo de ella se me era conocido pero quién era

La espera parecía tan eterna. Tenía la sospecha de que el pelo rosa se había olvidado de mí, aunque no lo negaba. La mujer era muy guapa

El vientre me resonaba de tanta hambre que tenía, no pensaba esperar a ser comida de los animales salvajes de por aquí. Pero la cuestión era que no me sabía el camino

No me quedaba otra opción, era momento de poner ha andar a los pies

-¿A donde crees que vas? -Por qué justo ahora

-Me cansé de esperar y tengo mucha hambre -Sus ojos no eran los mismos animosos que hace unas horas ¿Que había pasado?

-Ya casi llegamos -¿Cómo?

Sin más palabras, atravesamos unas cuantas rocas que se encontraban frente a nosotros y llegamos. Parece ser que la cueva en la que estábamos, quedaba tan cerca

-Una vez que veas al abuelo ¿No habrá regreso cuando te vayas? -No lo sabía pero lo había prometido. Era un trato

Un soplo frío fue recorrido por todo el cuerpo

-Te quedarás aquí esta noche -Abrí en grande los ojos. ¿Por qué actuaba tan amable? Por qué ahora

-No es necesario

-No te lo pedí -Sus ojos tenían un semblante tenebroso pero a la vez, excitante. Que estaba ocurriendo justo ahora

Solo me callé, no podía negarme. Sus palabras sonaban tan autoritarios

-Yo, yo iré con el abuelo -Y me alejé de inmediato

Admitía que cada palabra que había dicho, causó un estruendoso calor en mi interior. Sus fríos labios me parecieron ser cálidos por un instante. Golpeé la cabeza con la palma de mis manos. No podía pensar así

-¿Niña?

-Abuela Porlyusica -Su rostro estaba casi acabado

-Él quiere verte -Volví a mi mundo en un golpe

-Si -Entré con ella a donde se encontraba el abuelo. El tan solo observarlo me había asombrado

-No pensé que los remedios de una mocosa me salvaran -Sonreí irónicamente tratando de procesar lo que decía

-Sigue siendo el divertido abuelo Macarov que conocí -Le sonreí y él, hizo lo mismo. De algo estaba segura, no olvidaría una hermosa sonrisa como la que me mostró aquel anciano

-Quiero hablar contigo, Lucy -Hice caso sin mas, nunca sabía lo que el abuelo me diría. Era tan impredecible

-Veo que te llevas mejor con Natsu -Me quedé en silencio por unos instantes. ¿Era así?

-Es agradable estar a su cuidado -Reí un poco pero él seguía con su mirada preocupada

-Lucy. Sabes lo que pasará si ustedes llegan a sentir lo mismo ¿Verdad? -Que me quería decir

-No pasará. Él, él ya tiene ha alguien, no puede pasar algo así. Usted no tiene por qué preocuparse -De alguna manera, mi corazón se comprimía ante tal comentario

-Sé que lo pensarás bien, pequeña -Asentí

-Olvidemos este mal rato que te hice pasar. Dime niña ¿Aún piensas quedarte con nosotros?

-Yo.

-Macarov, tenemos problemas -La abuela me interrumpió. Ambos salieron de la cueva. Los seguí

Todos los de la aldea observaban atentos a cierto lugar. ¿Un pleito?

-¡Dijiste que esa humana no volvería contigo!

-¿Una humana?/ ¿Que hace aquí?/¿Quién es?/ ¿El joven Natsu la trajo? -Me sentía confundida ¿Aquella mujer de ojos carmesí era la... prometida? Era la misma con la que nos habíamos encontrado en la mañana

 prometida? Era la misma con la que nos habíamos encontrado en la mañana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-No hagas un escándalo -Él estaba irritado

-¡Esa rubia nos traerá problemas, Natsu! -Algunas personas me echaron el ojo

-Ven conmigo -El pelo rosa la tomó de la mano bruscamente, sus ojos mostraban tanta ira

-¡Natsu! -No me oyó. Ambos desaparecieron

-Lucy, debes de irte ahora mismo -No era necesario decirlo, es lo que iba hacer

Tenia tanta curiosidad por saber lo que pasaba entre ambos, no sé por que. Estaban tan insegura "Te quedarás aquí esta noche". No, no podía

Tomé mis cosas y salí cuanto antes de ese lugar, creo que ahora descartaba la pequeña idea de quedarme. Debía de seguir con mis planes

-¿Lucy? -Romeo estaba en los lares del gran río

-Que haces aquí, pequeño

-Vine un rato a despejar mi mente. El hermano Natsu peleó con la hermana de nuevo -Sus ojos mostraban tristeza

-Son problemas menores -Me acerqué tratando de ser amable

-Es por ti. Lucy -Mi mano se detuvo al intentar tocar su delicada cabellera

-Romeo ¿Quieres que me vaya de su lado? -Deseaba por lo más fondo de mi corazón, que dijera la verdad, no importaba lo mas duro que sea su respuesta. Él tenía la ultima palabra

El niño había callado por mucho rato, creo que no podía responderlo

-No tienes que responder si aun no lo tienes claro -Sonreí

-Yo quiero, yo quiero que el hermano Natsu sea feliz -Quedé asombrada ante su respuesta ¿Estaba feliz?

-Pero Lucy, los humanos no son capaces de hacer que una bestia sea feliz -Cada palabra me hacia confundir

-Tienes que irte Lucy. Natsu no será feliz contigo, eres de un mundo distinto. No nos comprenderías -Retrocedí de inmediato, sus ojos me obligaban ha alejarme. Mi cuerpo percibía el miedo y dolor ¿Era así?

Mundos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora