9

1.3K 129 1
                                    

-Ven conmigo -Natsu tomó de mis manos casi cayendo entre el montón de raíces que había en nuestro camino. A donde quería ir.

-No jales tan fuerte -Parecía no escuchar, de nuevo

-¡Natsu! -Ninguna respuesta

-Deja de preguntar tanto -Al fin habíamos parado. ¿Un acantilado?

-Que hacemos aquí. ¿No pensaras deshacerte de mí o sí? -Dije en son de broma

-No le veo ningún inconveniente si lo hago -Su voz fría me hizo dudar por unos segundos

-Ere tan ingenua -Suspiré dudosa

-Por qué me trajiste aquí

-Lucy. En el caso de que algo pase, quiero que sea el primer lugar a donde puedas ir. ¿Entendido? -No entendía lo que me decía

-Si... -El muchacho se sentó con los pies en el aire, era el lugar perfecto para admirar las estrellas desde lo más alto

-Sé que puedo confiar en ti -La actitud de esta noche era tan extraña. Reselando, hice lo mismo que Natsu, Me senté a su lado tratando de hacer que el vestido no salga volando por las fuertes corrientes frías de aire

-¿No dirás nada más? -Solo observaba en silencio. Parecia tan perdido en sus pensamientos

-Aún no puedo decir nada acerca de ti. Pero mantente cerca -Tan confuso

No pregunté más e hice lo mismo que él. Observé el cielo tan despejando pero repentinamente, mis ojos no soportaban más el cansancio que de inmediato los cerré. No podria pasar nada si me echaba a dormir un momento ¿Verdad?

-Queda llevarte de nuevo a casa

***

La extraña brisa habia desaparecido mientras volvía a tomar conciencia

-¿Despierta? -Asentí. Creo que ya me habia acostumbrado verle la cara al despertar

-Happy te extrañó -El gato desaparecido habia vuelto

-¿Donde te vas cada vez que te necesito? -Él tan solo ronroneaba

-Tengo que ir con Mira. El otro día me pedia unas hiervas para el dolor muscular

También habia pensando una fusión para los pequeños de la otra aldea. Pero trabajaba en eso secretamente

Me levanté de improvisto y salí de casa tan rápido como pude

-¡Cuiden la casa!

Me encaminé con la canasta en manos. Creo que podría acostumbrarme a esta vida

-¡Mira! -Tocaba la puerta pero nadie abría. Que extraño, si no era ella, Elfman atendía

-¿La muchacha de los pelos dorados? -Una voz se oyó detrás de mí, provocandome escalosfríos

-Señorita... -Bajé la cabeza. Traía algunos adornos, parecían tan caras

-Mirajane salió a la capital por unos días. Necesita descansar un poco, mi hermano se fue de caza ¿Deseas algo? Puedo atenderte -Su voz era tan delicada

-Su hermana me pidió unas medicinas para el dolo-

No me dejó terminar

-Me lo habia mencionado. Me la puedes dar -Saqué algunas cosas y se las dí, observé lo perfecta que eran sus delicadas manos

-Una linda chica como tú, deberia de tener cuidado -Con un guiño de ojo, se despidió. No habia comprendido sus palabras

Traté de no pensar más en ello y caminé un poco por el pueblo. Tan pequeña y solitaria, era tan calmado

Mundos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora