Gabriel se sacudió la sangre de su mano, notando que estaba por toda su ropa, provocando en él una mueca de disgusto.
- Sobrino, necesitas dejar de seguir la técnica de tu padre. Desintegrar no lo es todo en la vida. – Aconsejó al joven a su lado.
- Pero le perdone la vida dos veces. – Explicó con simpleza el menor. – Asmodeus se lo buscó.
Lucifer dejó de sonreír tan alegremente y fingió lamentarlo.
- Si, Gaby, Asmodeus no escuchó a mi muchacho. – Pasó su brazo por sobre los hombros de su hijo. – Quien no escuche a mi muchacho no merece vivir.
- Solo pueden evitar desintegrar cosas. – Se quejó Gabriel. – Existen más formas de matar cosas.
- Ignóralo, hijo. – Sugirió Lucifer. – Ahora, ¿Cuál era el nombre del Simboloco del que hablo antes de explotar en mil pedazos?
Gabriel blanqueó los ojos, su hermano mayor no había escuchado nada, demasiado concentrado en la parte en que Asmodeus se convertía en átomos dispersos.
- No lo conocen por un nombre específico. – Volvió a explicar el castaño. – Es un sujeto que estudia y pone en práctica simbología de todos los siglos y cultos.
- No debería estar muy lejos. – Dijo Jack, tomando el mapa y sentándose en el asiento de atrás.
El viaje realmente no tardó mucho, como el nephilim predijo. Se tuvieron que adentrar en caminos poco transitados y de tierra, donde el Pimp no pudo seguir más de un par de metros.
- Tengan cuidado con estos sujetos. – Advirtió Lucifer. – Siempre tienen un truco bajo la mano.
Los menores asintieron, pensando que se encontrarían a un brujo loco que los atacaría nada más acercarse. No esperaban al bibliotecario, con chaleco de lana y lentes redondos.
- Es extraño tener visitas, ¿Su auto se descompuso?
Entonces, optaron por ir con la verdad.
- Pues un ángel no suele tener muchas vivencias, no entiendo porque alguien querría atormentarlo así. – Opinó el hombre sobre la historia que le contaban.
- ¡Oh! Te aseguró que este ángel tiene la peor vida que se pueda tener. – Dijo Lucifer.
- Entonces, ¿Quién dicen que uso este símbolo?
- Asmodeus. – Respondió Jack. – Traje blanco, barba, puede que acompañado de hombres con trajes negros.
- Si, si... - Sopesó el de lentes. – Lo recuerdo, aunque no me dio su nombre.
El hombre hurgó entre sus libros, buscando uno en especial. Negro y letras doradas, lo más similar a una biblia que existía. Ojeó las páginas hasta llegar a un marcador celeste a mitad de libro.
- Aquí. – Señalo, dejando el libro sobre la mesa que compartía con los recién llegados. – Ese es el símbolo que le di.
- Perfecto, ¿Cómo lo revertimos? – Apresuró Gabriel.
El sujeto se quedó como en blanco, pensando una respuesta para una pregunta así.
- No es tan fácil. – Terminó por lamentar. – Mucho menos siendo un ángel.
- Habla. – Alentó Lucifer, poniendo aún más nervioso al pobre hombre.
- Necesitan una mezcla muy potente, junto con la gracia del ángel. – Explicó.
Inmediatamente se dio la vuelta para buscar un anotador y una lapicera, especificando cada ingrediente de la mezcla y las cantidades necesarias.
- No lo veo tan difícil. – Sonrió Gabe, demasiado apresurado.
- Si sobrevive al dolor no será problema.
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Tres Hermanos.
FanfictionLas vueltas de la vida vuelve a juntar a los tres rebeldes de la familia, ¿Cómo harán para no matarse en el proceso?