Muertos vivientes.

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Después de un par de horas, Castiel despertó. Gabe y Lucifer comían hamburguesas en la pequeña mesita de la habitación, y miraban una película de superhéroes o algo así. Cas se enderezó, sin interrumpir la concentración del par.

- Dime que vienes a apelar mi lado humano. Pronuncio el sujeto de la televisión.

- Amm... De hecho planeo amenazarte.Desafío el segundo personaje en entrar.

Gabe aplaudió lo dicho.

- Tony es genial. – Sentencio en la cara de su hermano mayor. - ¿Quién se atreve a desafiar a un Dios como él?

Lucifer blanqueo sus ojos y lo ignoró.

-...Los héroes más poderosos del mundo. - Explico el favorito de Gabe.

- Si, ya los vi.Sonrió con ironía el otro. –

- ¡BUM! – Grito Lucifer en frente de la tele. – Admite que el maldito villano es más cool que la bola de inadaptados de tus héroes.

Eran niños, niños discutiendo por sus superhéroes, o villanos en el caso de Luci. Castiel no estaba seguro de quien era el hermano menor en este trio realmente. Estiró su cuerpo, la herida de su espalda era historia y su cuerpo se sentía como nuevo. Había pensado en la posibilidad de separarse e ir cada uno por su lado, pero considerando lo débil que eran los tres, juntos era mejor. Peleas infantiles y comentarios cizañosos serían soportables si lograban sobrevivir.


De nuevo en marcha, Cas conducía mientras Gabe se quejaba de que Lucifer fuese en el asiento del copiloto. Su viaje no fue muy lejos cuando el auto de detuvo y por mucho que Castiel intentara ponerlo en marcha nuevamente, no funcionaba.

- ¿Gasolina? – Interrogó el castaño desde atrás. –

- Ya cargué. – Dijo el ángel, saliendo del auto para revisar el motor.

- ¿Tan siquiera sabes algo de autos? – Le siguió Satanás.

- Consigue un mecánico a mitad de la nada si no te fías. – Desafió el menor.

El capo se abrió y Castiel recordó lo poco de mecánica que había aprendido con Dean. Se vio tentado a llamarle a los cazadores, pero no tenía idea de cómo reaccionarían ante la descripción de su actual situación. Sin embargo, si ese auto no arrancaba, probablemente estarían muertos para mañana.

- ¿Vas a llamarles? – Dijo Gabe, apoyado contra la puerta del piloto. – Apresúrate a decidir porque tu teléfono se está quedando sin batería.

- ¿A dónde se fue la suerte que teníamos? – Se preguntó a sí mismo Lucifer, viendo al menor de sus hermanos correr a por el aparato.

Uno, dos, tres veces sonó el teléfono, hasta que alguien contestó.

- Hey, Cas. ¿Dónde...?

Castiel no le dejó terminar, siendo una situación urgente y en la que no tenía tiempo.

- El auto se detuvo y no sé qué hacer. – Dijo rápidamente, mientras hacía señas a los otros dos para que no emitieran ni el mínimo sonido.

- Podemos ir por ti si...

- ¡NO! Digo, no te preocupes, es algo menor. –

El cazador no estaba tan seguro de ello, hace no mucho el ángel había llamado, hablado extrañamente y colgado al segundo. Intentaron contactarlo y buscarlo después de eso, pero su celular se había apagado y Sam no podía rastrearlo. Ahora llamaba nuevamente sonando perfectamente normal, al menos para ser Cas.

- Ok... - Ignoró las señales de alerta. – Debe ser lo de siempre en ese auto, ¿Recuerdas el problema con la conexión que arreglamos la vez pasada?

- Claro.

- Revisa si es eso.

El ángel obedeció, rememorando cual era el cable que habían reconectado en aquella ocasión. El par discutía detrás suyo sobre donde era mejor comer, y lo ponían aún más nervioso. Dean no podía saber lo que estaba pasando.

Volvió a su asiento, y el auto arrancó sin problemas. Sonrió, mientras su amigo le preguntaba si necesitaba algo más o...

- ¡CLARO QUE NO! – Se escuchó a Gabriel gritarle a Lucifer.

Silencio en la línea.

- ¿Estas con alguien?

- La batería se me acaba, hablamos luego. Cuídate. – Cortó Castiel.



Dean observó desconcertado el aviso de llamada finalizada en su celular. Sam dejó frente suyo una cerveza, sentándose al otro lado de la mesa.

- ¿Llamó Cas?

- Si, parecía... normal. – Pero su ceño seguía mostrando desconcierto. – Aunque me pareció escuchar a Gabriel. – Confesó, dudando de sus propias palabras.

- Gabriel está muerto, Dean.

- Pues... sonaba como él. 

Tres Hermanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora