Enamorándome de mi amigo. [NamSeok]

La abuela

No voy a ponerme sensible con mi niñez, aunque sí, fue difícil y creo que estoy un poco jodido por eso, pero pudo haber sido peor si no hubiese sido por la abuela. Mis padres eran una clase rara de seres que pensaban que las personas debían ser 100 de 10, es por eso que exigían que todo en mi fuera perfecto, las mejores calificaciones, el mejor comportamiento, cada cosa debía estar bajo control y cuidadosamente planeada, ninguna emoción fuera de lugar o alguna reacción espontánea. Y si eso sucedía los castigos iban incrementando según la magnitud de la falta.

Recuerdo una vez que me distraje jugando con un cachorrito callejero, cuando llegué a casa no solo estaba sucio hasta las orejas sino que había olvidado por completo mi clase de equitación, para ese entonces tenía diez años y ya sabía más o menos lo que me esperaba, lo que no dimensioné fue la reacción de mis padres, nunca los había visto así. Por un lado, mi padre me golpeó hasta el cansancio con la misma fusta que llevaba a las clases mientras mi madre solo recitaba cuan decepcionada estaba de mí. No recuerdo mucho lo que pasó después de eso, solo sé que no comía y todo era oscuridad. No era la primera vez que me pegaba, pero nunca había sido así de extremo.

La abuela me contó que me habían encontrado maltratado, en estado de desnutrición y en un cuarto aislado de la luz, se había extrañado que no la había ido a visitar durante un poco más de dos semanas así que fue con un policía hasta mi casa porque algo ya sospechaba. Durante mi hospitalización, interpuso una demanda y ganó mi tutela y desde entonces he vivido con ella, solo los dos contra el mundo. Ella con todo su amor ha borrar gran parte de esa mierda, sin embargo siempre hay cosas que por más que luche no se van.

Mi abuela siempre ha sido mi mejor amiga y conoce todo de mí, por eso no me sorprendí cuando después de ese momento con NamJoon solo se me acercó y me dijo que fuera sincero no solo con él, sino también conmigo. Sin muchas palabras y sin ver todo el panorama ya ella estaba dándome una solución para la catástrofe. Solo que yendo contracorriente, por primera vez en mi vida, decidí ignorar sus sabias palabras sin saber que me estaba lanzando desde un rascacielos sin paracaídas.