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[This could be everything you need]

Michael despertó esa mañana con un ánimo increíble, del cual no fue consiente hasta que se miró al espejo y se sorprendió sonriendo mientras arreglaba su corbata, por fin había regresado a su departamento en Camden, no tenía que soportar a su madre y sus quejas y chantajes, o las pláticas que su padre le daba mientras revisaba papeles y mucho menos ver la hipocresía de sus primos.

El día anterior, había pasado quizás una de las mejores tardes de su vida. Muy posible esa era la razón de su enorme sonrisa.

Desayunó rápido y tomó un taxi para que lo llevara al trabajo, esa mañana precisamente debía quedarse más tiempo, un completo fastidio ahora que Luke no se encontraba por ahí. No conducía porque odiaba hacerlo, eran memorias que deseaba no recuperar mientras se pusiera frente a un volante, prefería principalmente tomar un taxi, el autobús cuando deseaba pensar y en algunas ocasiones especiales, solicitaba el servicio de Bill, quien fue su chofer cuando era menor.

Si él se pusiera a contar todas esas cosas que tuvo diferente al resto de sus compañeros o amigos en la secundaria, tal vez jamás terminaría, empezando por el apellido, el legado de su abuelo que deseaba dejarle con orgullo.

Pensó entonces en la cena que tuvo con él y el resto de la familia. Sus expectativas estaban en la decepción total, y había sucedido algo muy parecido. Para iniciar, su madre lo obligó a cambiarse de ropa una vez que lo vio bien. Para entonces recibir algunos comentarios de su padre sobre su comportamiento frente al abuelo y lo que debía hacer. Michael no puso tantas objeciones, de hecho, lo único que hacía era asentir. No lo hacía porque fuera un buen hijo o porque se fuera sumiso ante sus padres. Lo hacía porque mientras menos razones le diera para retenerlo, era mejor.

Rickon Clifford era un hombre mayor, su cabello era plateado y rubio, las arrugas de su rostro y manos hacían que se viera aún más grande de lo que era realmente, había dejado la empresa principal a cargo de su hijo mayor Daryl, y su esperanza era que su nieto tomara el lugar que le correspondía. Pero se llevó tal decepción cuando Michael se negó, dejando así que su tío se quedara con el puesto. Lo primero que discutieron antes de la cena fue lo que Michael esperaba para ese momento.

-Sigues con esa idea tonta de que eres un niño ¿eh?- su abuelo dijo acercándose a él.

Michael se contuvo de hacer una mueca y dejó que continuara.

-Eres un Clifford, tú puedes con eso y muchas cosas más- le dio un palmada en la espalda.

Michael sonrió.

-Sé de lo que soy capaz, abuelo- tragó saliva-, solo no quiero echarlo a perder.

Rickon lo miró entrecerrando los ojos, a diferencia de Daryl y Michael, sus ojos eran de un particular gris oscuro.

-Ya veo. Supongo que los tiempos cambian. Pero no me gustaría ver esa empresa irse a la quiebra gracias a tu tío incompetente- sonrió, Michael se sintió algo fuera de lugar.

-¿No estas enfadado ya?

-Lo estuve. Entonces visité la tumba de tu abuela. Ella ha muerto, pero me enseñó muchas cosas. Me recuerdas a ella, lo sabes bien- Michael asintió, incomodo sin saber qué hacer ante aquellas motivadoras palabras-. Se reusó a su familia con tal de iniciar algo nuevo junto a mí.

-No sé si yo sea tan fuerte como lo fue ella- confesó muy bajo, avergonzado.

-No lo sabrás hasta que enfrentes la situación. 


       Cuando Michael salió de sus pensamientos fue gracias al sonido de las puertas del elevador y los ruidos de la oficina tan habituales. Caminó en dirección a su puerta, no sin antes darle un vistazo rápido al ligar que Luke ocupo durante tan poco tiempo. En su portafolio llevaba las correcciones del departamento el cual supervisaba y de las mejoras que se harían para el siguiente periodo. Su trabajo no era ni siquiera el más aburrido, pero tampoco el más genial.

Is It Easier To Go? | MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora