Como el Director de aquella organización, la responsabilidad estaba por encima de cualquier otra cosa.
El problema era que tenía otros asuntos que atender, y que permanecer ahí se volvía cada vez más demandante.
Cuando se inició en Children Element, había sido un joven de veinte años ansioso por aprender. Había escalado posiciones hasta convertirse en lo que era ahora. Pero, ¿a qué precio?
A pesar de tener el apoyo suficiente en materia económica, con el tiempo se fue dando cuenta que el dinero era lo de menos. Lo bueno de todo era el niño que producían.
Con el tiempo dedicó más y más minutos a formar una relación con el niño. Había notado que entre más dulce era, el pequeño daba más de si y los resultados eran extraordinarios.
El problema residía en que ya era algo viejo y que por ende los niños ya no le veían como una figura paterna. Además, quería retirarse y ser feliz en una casa de ancianos donde podría hacer de las suyas si se lo proponía.
Pero ahora, tenía un asunto demasiado importante que atender.
—Llama a Ferrer, Diana.
La secretaria hizo el pedido, y al cabo de varios minutos el hombre solicitado hizo acto de aparición.
Ferrec era joven, alrededor de sus treintas. De buen ver y con su cerebro dedicado a la investigación. Era el hombre perfecto para la tarea que tenía pendiente.
—¿Qué necesita de mí, Sr. Giancarlo?
Observó con detenimiento al tipo y le instó a tomar asiento frente a él.
—Tengo una tarea que necesito lleves a cabo. Es de suma importancia.
—Usted dígame qué haré.
—Verás, ¿recuerdas al chiquillo que de repente desapareció del laboratorio? Ese que era un perfecto usuario de fuego.
—Por supuesto, Señor.
—Hace poco me llegó la notificación de que radicaba cerca de la Facultad de Medicina Johns Hopkins, allá en Baltimore. ¿Podrías darte una vuelta y ver qué sabe el chico de nosotros?
—¿Por qué le interesa, Señor? Han pasado años de ese escape y lo cierto es que nadie ha hecho amago alguno de hacernos algo. Si el chico hubiera querido creo que hace mucho lo habría hecho. ¿No lo cree así?
—Es cuestión de tiempo. Además, necesito le convenzas de venir y ser parte de la investigación de nuevo. Si no es por las buenas, será por las malas. ¿De acuerdo? Es lo mejor que hemos tenido, y quien sabe qué tanto desarrolló su elemento estando en libertad.
—Está bien. ¿Y cuál es el nombre del chico?
—Alaric Parker.
Notó como Ferrec se tensaba, lo que le hizo cuestionarse qué tan bueno sería que el tipo fuera y buscase al chico, pero no tenía a nadie más en quien confiar, a excepción del usuario de agua que había criado como si fuera su propio hijo.
—Otra cosa. Llevarás contigo a Mike, ¿de acuerdo? El chico puede ser de gran ayuda si se lo permites.
Ferrec asintió, a lo que él se dijo que las cosas saldrían bien.
—Tomen el tiempo que necesiten, ¿está bien? Necesito a ese chico a como dé lugar, aunque quiero que sea por las buenas en primera instancia. Tenerlo retenido en contra de su voluntad solo hará que la investigación se retrase.
—Haremos lo posible, Señor.
Despidió al tipo para mirar los papeles frente a él. Dada la situación y lo mal que todo podría salir, ya tenía preparado su plan de fuga. Ahora todo iba a recaer en Ferrec si las cosas se complicaban. Él desde ese momento ya no tenía nada que ver con Children Element. Y por Dios, eso se sentía tan jodidamente bien.
**
Kyle Ferrec tenía una misión muy importante que llevar a cabo, y sería al parecer con la ayuda de uno de los mejores jóvenes que manejaban el elemento agua. No le importaba hacer uso de uno de ellos, pero hubiera deseado que fuese otro.
Adoraba a Mike casi tanto como a los demás, pero el chico carecía de discreción dado que toda su vida había sido criado para no dejarse de nadie. Si le hacias enojar, las represalias eran enormes. Pero, el chico era sumamente inteligente, casi tanto como el jovencito al que iban a buscar. Sería una búsqueda complicada, y solo esperaba hacerlo bien.
Tomó su teléfono celular de donde lo dejó e hizo la marcación al número de Mike. Al ser el favorito del Sr. Giancarlo, Mike tenía privilegios que nadie era capaz de obtener. Ha sido el único usuario de todos los que han pasado por el laboratorio, que fue capaz de convencer al Sr. Giancarlo de hacer su vida fuera de aquellas paredes así como estudiar lo que le diera la gana. Eso sí, llamaba cada semana para hacerle saber sus avances en cuanto al elemento.
—Aquí Mike. ¿Qué pasa, F?
—Tenemos una misión. ¿Listo para ella? Te dejaré los detalles por texto más tarde.
—Por supuesto. Hazme saber y te seré de ayuda. Nos vemos.
Colgó y suspiró. De verdad esperaba que todo saliera bien.

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Alaric
AventuraManejar el fuego a escondidas de los demás debería ser relativamente fácil, ¿cierto? Para Alaric Parker, un joven estudiante de medicina en su primer semestre, las cosas se suponía serían sólo "estudiar" y "pasar exámenes" sin mostrar a nadie lo que...