Segunda parte de SIPHON - Es necesario haber leído la primera parte para entender su trama.
Milla se ve obligada abandonar Beacon Hills y viajar a Nuevo Orleans para encargarse de viejos y nuevos enemigos que amenazan su seguridad y la de alguien es...
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El imponente sol brillaba en todo su esplendor sobre el barrio francés. Y por sus calles caminaba una muy sonriente vampira original contemplando las hermosuras de esa ciudad. La arquitectura, los colores, la gente, todo en esa ciudad gritaba alegría y misticismo. Y pensar que ese lugar era la cuna de la mayor cantidad de actividad sobrenatural de toda América.
Aunque algo le decía que Beacon Hills estaba por robarles ese puesto.
Caminaba con toda libertad por las bellas y antiguas calles gracias a un hechizo de invisibilidad, por lo que no tenia que preocuparse de ser vista por nadie.
Llevaba menos de un día ahí y ya había identificado a más de una docena de posibles objetivos para Kara, pero en ese momento eso no le interesaba. Estaba mucho más ansiosa en descubrir el paradero de su hermano que estaba más que segura, seria prisionera de su madre. Encontrarlo a él era encontrarla a ella, y aunque estaba ansiosa por mostrarle a su madre que no era la misma inútil y débil niña con la que podía hacer lo quisiera, demostrarle que era tan o más fuerte que ella... no lo haría.
No, tenia que ser más inteligente que eso. Su madre, al igual que sus hermanos, era una gran estratega y una muy inteligente bruja que jamás se atrevería a subestimar. Idearía un plan y lo seguiría al pie de la letra. Todo tenía que ser perfecto si es que quería deshacerse de su madre de una vez por todas, no había espacios para errores.
- ¿Qué me tienes?
- ¡Maldición, mujer! -brumó el pelo azabache, que hasta el momento estaba tranquilamente disfrutando de uno de sus puros cuando la rubia apareció de la nada -literalmente- y enganchó su brazo con el de él- Vas a matarme.
-Noticia de ultima hora: ya estás muerto -susurró en su oído haciéndolo estremecer. La rubia se echó a reír.
- ¿Sabes que el noble esta desparecido?
-Eso escuché ¿sabes dónde está?
-Estoy en eso. -Ambos comenzaron a caminar por la acera empedrada. Una media sonrisa se deslizo en el pelo azabache al notar que la rubia no se desprendía de su brazo- Esta ciudad es muy interesante, no había escuchado tantos conflictos en mucho tiempo. Los originales si que saben cómo armar caos.
