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Sin importar cuanto hubiese querido que no fuese así, Hayley tenía razón; no podía darse el lujo de confiar plenamente en su hermana, aunque así lo quisiera, aún no

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Sin importar cuanto hubiese querido que no fuese así, Hayley tenía razón; no podía darse el lujo de confiar plenamente en su hermana, aunque así lo quisiera, aún no. Muchas cosas habían cambiado entre ellos, en ella aún más hasta el punto de que era casi una desconocida ante sus ojos y el ser consciente de eso lo llenaba de una gran tristeza. Partió solo en busca de su otra hermana la que también daba problemas por la misma razón, dejando a la híbrida en compañía -más bien, siendo vigilada- de Marcel para hacer los preparativos del hechizo que liberaría a Rebekah.

–Ludmilla Mikaelson. –canturreó el vampiro mientras observaba a la mencionada arrodilla de espaldas a él en el suelo del viejo almacén. –Tu jamás dejas de sorprenderme.

–¿Y qué te molesta más? –sonríe divertida haciendo la última línea de sal. Se sacude las manos de los restos y las deja sobre su regazo antes de voltear hacia él. –¿El que sea una Mikaelson, o que te acostaras con la hermana de la mujer que amas?

Marcel esquiva por un momento la mirada procesando por un segundo sus palabras y tratando de pensar a que hermana se refería, porque desde que la volvió a ver ya no lo tenía tan claro.

–Pudiste decírmelo. –siguió, esquivando sus pensamientos.

–Tal vez, pero no quería hacerlo. —Contesta encogiéndose de hombros. Milla se levanta del suelo, alza su mano hasta la altura del rostro y chasquea los dedos haciendo que las múltiples velas alrededor de la sal se enciendan al instante antes de voltearse hacia él. –Tranquilo, por supuesto que no me meteré en lo que sea que tú y Rebekah tengan, no tiene por qué enterarse.

»Rebekah« Por su puesto que sí. Cómo pudo siquiera dudar que se definiría a si misma como la mujer que él amaba cuando siempre ha dejado en claro que lo que sea que tuvieron era únicamente por diversión y nada más. Ella no era así de sentimental; Kara no era así.

–Creo que ya es algo tarde para eso. –negó el vampiro al recordar como erróneamente había presumido sus aventuras con la rubia frente a los Mikaelson, incluyendo a Rebekah. Ahora se arrepentía de ello. El pensar en todos lo problemas que su relación con Rebekah le trajo con Klaus ahora no quería imaginar lo que le esperaba al ellos saber de su relación con su hermanita.

SIPHON 2 • The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora