22

3.4K 339 14
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las treguas habían sido pactadas finalmente entre los hermanos, formando la paz momentánea entre ellos mientras la amenaza a la menor de la familia desaparecía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las treguas habían sido pactadas finalmente entre los hermanos, formando la paz momentánea entre ellos mientras la amenaza a la menor de la familia desaparecía. A excepción del híbrido, quien seguía negándose a compartir alianzas con nadie. Él había decidido hacer las cosas por su cuenta, ya que sus hermanos -a los que sí consideraba como tales- parecían haberle dado la espalda por las recién llegadas.

–Así que, Sra. Marshall Kenner, ya que ahora tiene un nativo del lugar que le muestre el barrio ¿por dónde quiere empezar?

El nuevo matrimonio estaba tomando el lujo de dar un paseo matutino por el barrio francés junto con la pequeña Hope. Una escena de completa normalidad; el trío de una pequeña familia disfrutando de una bella mañana por la calle llena de turistas.

–Oh, no sé, Sr. Kenner. Me gustaría conocer donde cazaba, pero ahora nos acompaña una señorita muy impresionable. –Respondió con un deje juguetón, siguiéndole el juego a su marido.

–Y además un guardaespaldas que no quiere llenar sus botas de diseñador con mugre de pantano. –Argumentó por su parte la híbrida, sobresaltándolos con su repentina presencia, aunque la rubia llevaba desde que salieron de la residencia Mikaelson detrás de ellos.

–¿Qué haces aquí? –Se quejó la madre loba, haciendo una mueca de cansancio.

–Yo debería preguntarte lo mismo. –Se adelantó hasta estar frente al cochecito obligando a Hayley a detenerse. Milla se agacho y salido a su sobrina con una sonrisa y pequeñas caricias que hicieron reír a la bebé. –Hope es una princesa, debería estar encerrada en su torre ¿recuerdas? –preguntó lo último dirigiéndose a su la castaña. Hayley rodó los ojos fastidiada, aunque no respondió a la acusación. Milla se levantó liberando un suspiro. –Si insistes en dar un paseo, está bien. Solo ten por seguro que vas a tenerme como tu sombra.

–Vaya intensidad. –rió levemente el hombre tratando de aliviar algo de la tensión entre las chicas. Hasta el momento, Milla no había reparado en su presencia. Simplemente no le interesaba. –Estamos bien, no tienes de que preocuparte. Ambos estamos para protegerla.

–Como si eso fuera suficiente.

–¡Bien! –aceptó la loba. No se la iba a poder quitar de encima y no quería arruinar el magnífico día que estaba teniendo con una pelea. –Acompáñanos, pero limita tus ácidos comentarios ¿quieres?

SIPHON 2 • The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora