Segunda parte de SIPHON - Es necesario haber leído la primera parte para entender su trama.
Milla se ve obligada abandonar Beacon Hills y viajar a Nuevo Orleans para encargarse de viejos y nuevos enemigos que amenazan su seguridad y la de alguien es...
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–¿Te encuentras mejor? –preguntó Freya a su pequeña hermana, quien ya había vuelto a la vida. La híbrida no había dicho una sola palabra desde que había despertado, lo único que hacía era ver fijamente la botella de Bourbon que sostenía y que cada tanto se empinaba a los labios. –Milla...
–Lo arruiné todo. –dijo por fin, con la voz rasposa moviendo su cabeza de lado a lado cerrando con fuerza sus ojos, esperando que con eso pudiese despertar de la pesadilla en la que ella misma se había metido. Se levantó de un salto del sofá sobresaltando a la bruja y dejando caer la vacía botella de licor. –Volveré a desaparecer y así tal vez piensen que lo que vieron fue una ilusión.
Se fue directo a la que era su habitación con una preocupada Freya pisándole los talones. Sacó de debajo de su cama una mochila dejándola bruscamente sobre el colchón y comenzó a sacar cosas de los estantes para introducirlos en esta con rudeza.
–Si, tengo que hacerlo, tengo que irme ahora.
No tenía idea a donde iría, pero quería irse lo más pronto posible de ahí. Tal vez regresaría a Beacon Hills a refugiarse en los brazos de Stiles como una niña pequeña que necesitaba mimos y caricias para creer que todo estaba bien. Se sentiría protegida porque estaría con su manada y ellos no la abandonarían o le darían la espalda. O mejor aún, se ira directo a Inglaterra, pues no había un mejor refugio que los brazos de la persona que más amaba y los cuales no ha sentido desde hace tanto tiempo.
–No, no basta no lo harás. Ya no vas a esconderte. –La bruja la detuvo tomando sus manos fuertemente. –Te mostraste ante ellos porque querías salvar a Kol. Has estado protegiéndolos por tanto siglos sin que ellos lo supieran porque te importan. Es tu familia y te necesitan, ahora más que nunca. –recordó la situación de su otra hermana –Rebekah nos necesita, todos ellos te necesitan, aunque no quieran ni lo admitirán nunca.
–Siglos huyendo, 684 años, diecisiete de ellos encerrada en una pared... ¿Y todo para qué? –murmuró a si misma sin haber escuchado realmente las palabras dichas por la bruja. Levantó la mirada y Freya contuvo la respiración al ver la desesperación en sus ojos. –Van a volver a encerrarme... No, eso ya no les serviría. Me mataran directamente, Nicklaus lo hará.
