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-Vamos a tomar un baño, dulzura -Milla cargó a su sobrina y ambas entraron en la profunda bañera

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-Vamos a tomar un baño, dulzura -Milla cargó a su sobrina y ambas entraron en la profunda bañera.

La bebe se entretenía y reía con las muecas que hacia la vampira para ella. Y por ratos, la rubia solo se quedaba observando maravillada a la hermosa y tierna bebe jugar con las burbujas en el agua y el como reía cuando estas se explotaban entre sus manos.

Amaba a esa niña con locura a pesar de solo haber pasado unos cuantos días con ella. Y aún así, estaba dispuesta a dar lo que sea por su seguridad, así como otras veces lo había hecho.

Pero sus hermanos eran su verdadero problema.

Que más quisiera la híbrida tomar a la niña y desaparecer para siempre de sus vidas. Aislarla de cualquiera de los peligros que implican a los Mikaelson, pero ellos ya sabían de su existencia y se habían encariñado con la niña. Milla jamás se perdonaría por no haber intervenido antes de que eso sucediera. Jamás pararían de buscarla si hacia lo que quería y eso la molestaba aún más, porque sabía que ellos no podrían protegerla.

Para muestra un botón[1]. Llevaba una semana con Hope, una semana en la que no se han dado cuenta de que a quien cuidan es a una muñeca. Claro que su hechizo de camuflaje era excepcional y no cualquiera podría llegar hacer algo similar, porque no solo imitaba a la persona como un clon perfecto, también imitaba su esencia. Pero no esperaba que se tardaran tanto en notarlo.

Salió de su ensoñación cuando sintió un mordisco en su pezon desnudo, sobresaltandola. Quizo reír al ver a Hope prendida de su pecho queriendo inútilmente alimentarse de ella.

-Perdón cariño, pero no importa cuando chupes, no encontrarás nada -le negó sin quitar su sonrisa. Un suspiro abandonó sus labios a la vez que un fugaz sentimiento de anhelo se instaló en su corazón. Pero tan rápido como llegó, se fue- Vamos a buscar tu biberón, con el si podrás saciar tu hambre.

Milla salió del baño con la bebe en brazos, dejando un rastro de agua que se evaporaba tras ella con cada paso que daba.

-¿El anticristo aún tiene hambre? -preguntó la anciana llena de sarcasmo al verlas entrar a la cocina -haciendo un desastre, según Lee- mientras preparaba el biberón de la bebe.

SIPHON 2 • The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora