Cuando sus ojos volvieron abrirse ya no fueron lastimados por la luz solar, por lo que dedujo que pasó varias horas inconsciente y la noche ya se había apoderado del día.
Esta vez fue mucho más consciente de su alrededor. Estaba atada de pies y manos a una silla, las sogas cubiertas de verbena quemándole la piel que se veía de un blanco enfermizo y que estaba en varias partes pintadas de rojo escarlata al igual que su ropa, las corrientes rojas desembocando en un charco bajo ella que el tiempo había secado y del que ahora desprendía un fétido olor, haciendo evidente el que la estuvieron desangrando. No podía ver con claridad más haya de donde estaba, la luz blanquecina de la luna que lograba filtrarse por algún lugar era demasiado tenue como para sobreponerse a la oscuridad. Varios estantes bastante altos y cajas regadas por el sucio suelo era lo más que llegaba a distinguir entre las sombras, por lo que la hizo deducir que posiblemente esté en alguna clase de almacén.
Una débil risa brotó de sus labios, divertida de ver todas las molestias que se habían tomado solo para poder retenerla, pero la diversión fue desapareciendo de su rostro por el dolor que sentía su cuerpo entero, desenvainando la amargura que ahora sentía por verse en tal situación cuando había cosas más importantes de las que tenía que ocuparse.
Con eso en mente se removió entre las sogas con la poca fuerza que aún le quedaba, tratando de aflojar el nudo de las sogas. Los gemidos y lamentos por el dolor que la verbena infringía en ella duraron cada segundo hasta que la rubia no pudo más con el suplicio y sus energías cedieron. Sus ojos estaban a punto de cerrarse nuevamente, pero antes que sucediera distinguió una sombra entre la penumbra.
No necesito mucho tiempo para deducir a quién le pertenecía esa altanera postura. A la claridad de sus ojos llegó la sonrisa perversa de su medio hermano saliendo de la densa oscuridad, observándola con una mirada oscura como si el tenerla de esa manera le regocijara o le diera algún tipo de victoria.
–¿Dónde me trajiste? –gruñó. El híbrido inmortal se acercó a ella tranquilamente con las manos ocultas tras su espalda hasta detenerse frente a ella, alargando su sonrisa con petulancia. –Maldito seas, Nicklaus.
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SIPHON 2 • The Originals
FanfictionSegunda parte de SIPHON - Es necesario haber leído la primera parte para entender su trama. Milla se ve obligada abandonar Beacon Hills y viajar a Nuevo Orleans para encargarse de viejos y nuevos enemigos que amenazan su seguridad y la de alguien es...