–¡Oye! ¡Milla, espérame! ¡No vayas tan rápido! –Milla volteó sobre su hombro por un segundo para verlo unos metros por detrás de ella. Su risa cantarina brotó alegremente por sus labios por las quejas de su hermano al aumentar aún más el paso. –¡Milla!
–Apresúrate, Henrik. –La chica se detiene en la sima de la colina a la espera de su mellizo. –Recuerda que esta noche es de luna llena. Padre se molestará si no estamos en casa antes del crepúsculo.
Henrik siguió escaldo la cuesta tratando de hacer equilibrio y esquivar las raíces de los árboles que cubrían casi todo el suelo del frondoso bosque, jadeante por el cansancio de la larga corrida. El castaño consideraba que tenía muy buena resistencia y le gustaba mucho correr, pero aun así su hermana siempre conseguía dejarlo exhausto. Para Milla el concepto de cansancio nunca ha estado dentro de su vocabulario, siempre desbordando energía, yendo de un lado para el otro sin parar. Demasiado hiperactiva en muchas ocasiones, algo por lo que su madre siempre la reprendía, pues ese no era el comportamiento que una dama de tener.
–No vayas tan rápido, estamos cerca de la aldea. –dijo agitado subiendo lo último que quedaba hasta la sima. Milla le extendió su mano y lo ayudó a subir la gran roca donde ella estaba esperándolo. – Ya no tenemos por qué correr.
Antes que ella pudiera contestar, su hermano se había desplomado sobre la roca con las extremidades extendidas por toda la superficie para poder descansar. Milla se arrodillo junto a él sintiéndose algo mal por -de nuevo- haber hecho a su hermano fatigarse hasta tal extremo. Sacó de entre medio de los ropajes de su vestido un pañuelo y comenzó a palpar la frente de su hermano de forma delicada para secar el rastro de sudor.
–Lo lamento, hermano. –Se disculpó apenada deslizando la suave tela por el contorno de su rostro. Él permanecía en silencio con los ojos cerrados ya con la respiración más tranquila, disfrutando de las caricias de su hermana. –Tal vez no debimos alejarnos tanto para empezar, no en el día de la noche de las bestias.
Las bestias.
Padre les había hablados de ellos desde que tenían uso de razón. Las criaturas salvajes que le sirven a la luna y que salen siempre que esta brilla redonda en el cielo nocturno.
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SIPHON 2 • The Originals
Fiksi PenggemarSegunda parte de SIPHON - Es necesario haber leído la primera parte para entender su trama. Milla se ve obligada abandonar Beacon Hills y viajar a Nuevo Orleans para encargarse de viejos y nuevos enemigos que amenazan su seguridad y la de alguien es...