Capítulo 3: Ahora no es el momento...

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Al entrar María en la habitación, vió a Marta llorando con el  pie vendado:

 -¿Qué demonios ocurre ahora? ¿Qué le pasó a tu pie? ¿Por qué lloras?- dijo María harta de ver a su amiga llorar.

Sí, tantas veces la había visto ya que casi no lo recuerda: cuando la dejó el novio, cuando la dejó el otro novio, cuando su otro novio... bueno, ya me entendéis, no es muy afortunada en el amor.

-María, esto es muy importante, prométeme que no te enfadarás ni harás nada para evitarlo, ya que es por mi bien...- dijo Marta agarrándole las manos a María.

-Ni que esto fuera un entierro- dijo María riéndose de como le daba tanta importancia su amiga.

-No, no lo es, pero causa tanto dolor como ello- en este momento María abrió sus ojos como platos y se quedó pálida- La enfermera me ha dicho que... me debo ir a Londres para que me operen el pie, al parecer, al no ser atendida rápido, mi tobillo se torció hacia dentro como si fuera un tornillo-.

María no sabía que hacer, solo sabía que si lloraba, causaría dolor a Marta y si no lo hacía, parecería como si no le diera importancia. Decidió taparse la cara con las manos y se tiró al suelo.

María, tu y yo sabemos que en realidad no te cae tan bien y solo la ayudaste para quedar bien delante de los chicos.

"¿Perdona? Haber mente mía, no me caerá bien pero en parte me da pena."

María dejó de parecer una loca hablando con su subsconciente y decidió pedir a la enfermera que se encontraba allí que sedara a Marta, ella prefería que se despertase en Londres y que no sufriera tanto. Y así fue, a la enfermera le pareció buena idea y la sedó, después, dejó a María sola en el cuarto.María tenía ganas de sentarse pero al darse cuenta, la puerta se abrió entrando Rubén que, al ver tal escena, se acercó a María para consolarla:

-¿Qué ha dicho la enfermera? Me enteré desde fuera y quería ver cómo te encotrabas- dijo Ruben.

-¡¿Ahora si que te importa no?!-dijo María entre lágrimas.

-Mira, lo siento, no era mi intención pero fue un impulso, aunque fue mayor el que tuve hacia ti...- dijo él con la mayor sinceridad del mundo.

-Mira, a mi no me vengas con tonterías que aunque Laura sea una de mis mejores amigas, esta me las pagará.

Rubén notó celosa a María, se acercó lentamente a ella y la abrazó por la espalda. María agarró fuertemente las manos de Rubén, ese chico le encantaba aunque lo hubiera conocido hace horas y en ese momento, ella necesitaba un abrazo, y la mejor opción era ese chico. Rubén comenzó a rozar sus labios suavemente por la zona trasera del cuello de María. Ella soltó un breve suspiro y se agitó por el escalofrío que el rozamiento produjo. Rubén bajó sus manos hasta la cintura de esta y le dió la vuelta, pero ella simplemente lo abrazó y le susurró al oído:

"Este no es el momento, quedamos mañana por la noche en el parque de este mismo hospital"

Él aceptó y se despidió de ella con un breve beso en la mejilla, ella se sonrojó y salió de la sala junto a él...

-¿Y bien? ¿Cómo está Marta?- dijo Guillermo levantándose de la silla.

-Bien, sedada...-en ese momento una lágrima calló y atravesó todo el rostro de María.

-María, no te preocupes, ya lo cuento yo- dijo Rubén secándole la lágrima y agarrando su cuerpo por detrás, para que nadie sospechara.

-¿Qué está pasando? ¿Por qué lloras? ¿Qué le han o te han hecho?- dijo Guillermo preocupado.

-Otra que se preocupa tarde...-susurró María provocándole una sonrisa a Rubén que acababa de recordar lo ocurrido dentro.

-¿Vais a hablar o seguiréis así hasta que nos dé un ataque?-dijo Laura.

-María... se enteró de que la tienen que trasladar a Londres para operarla-dijo Rubén.

-Espera, ¿a María? ¿A ella? ¿Por qué?-dijo Guillermo demasiado preocupado para ser verdad.

-No, a Marta... Al parecer tuvo un problema con su tobillo a causa de no actuar rápido- María echó una mirada asesina a Guillermo y este se quedó avergonzado.

-¡Yeii! Se va a morir ¿no? Eso espero, ni a mi hermana Laura ni a mi nos caía bien, era muy sucia y mentirosa...le deseé la muerte y se ha cumplido WAJAJAJA-dijo Lola con cara psicópata.

-Lola, era un secreto pero bueno, a nadie nos caía bien-soltó Laura.

-No, la verdad es que no tanto-afirmó María.

El día pasó rápido, Rubén y Guillermo se dispidieron de María y Laura y se fueron a sus respectivas casas. Rubén estaba ansioso por la cita que tenía mañana con María y esta, solo quería dormir al igual que Lola, que se echó la siesta junto a su bebe nenuco "Tragedia" un nombre muy adecuado para su mentalidad.

A la mañana siguiente, ocurrió lo esperado...

Intentando no enamorarnos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora