Capítulo 11: Esto no funciona.

41 3 0
                                    

NARRA MARÍA

- ¿Sí? ¿Y qué ocurrió?- dije yo dirigiéndome hasta el sofa y haciéndole una señal para que se sentara.

-Bueno, pues primero nos dirigimos al restaurante, estábamos hablando sobre....- dijo ella explicándolo todo.

-¿¡Cómo!? ¡Un beso! Dios mío que bonito, vaya caballero-dije yo levantándome.

-¿Dónde vas?- dijo ella.

-Es una sorpresa, mañana por la tarde hemos quedado todos en el piso nuevo de Rubén, parece que quieren que vayamos- dije yo entregándole un sobre que decía:

Buenas noches señoritas, este sobre quiere comunicaros que mañana, alrededor de las cuatro menos cuarto en casa de Rubén Doblas, celebraremos la bienvenida al nuevo piso del caballero nombrado antes. Estáis ustedes invitadas a la merienda. Asistiréis como las únicas chicas, no importa ¿verdad?

Estimadamente: Rubén Doblas.

Todo bien y eso pero, ¿dónde vive Rubén? Deberíamos llamar a alguien.

-Laura, préstame tu teléfono para llamar a Frank- dije cogiéndole el móvil.

-No digas nada malo, ya son las doce de la noche. Puede que esté dormido- dijo ella.

-No creo, es imposible dormir tras una increíble cita con una chica como tú- dije abrazándola.

- Hola cariño- dijo él con una voz muy dulce.

-Hola Frank, como te habrás dado cuenta, no soy tu cariño. Quería preguntarte algo, ¿dónde vive Rubén?- dije yo riéndo.

-Em, sí María ¿Rubius? Pues vive no muy lejos de vuestra casa, bueno, de la de Laura. Si queréis, mañana me dirijo allí y os voy guiando mientras que Laura conduce- dijo él nervioso.

-Vale, muchísimas gracias cariño. Un beso para ti- dije yo.

-Adiós tonta, otro para ti- dijo él riéndo y colgando.

Le expliqué a Laura que mañana tendría que llevar el coche, parece que estaba un poco nerviosa, conduciría delante de su novio, que bonito suena, su novio, y yo sigo soltera. Recordé a una persona que hizo que se me formara una sonrisa tonta en la cara. Laura me dijo que en quien pensaba, le dije que en alguien, que ya se lo explicaría. Me fuí a mi casa y me quedé dormida en el sofá pensando en Willy.

A la mañana siguiente, me despertó Laura:

-María, ya son las dos. ¿Cuánto has dormido, no? Bueno, venga, vístete que te espero abajo- dijo empujándome hacia las escaleras.

-Voy,voy, espera- dije frotándome los ojos.

Me vestí y maquillé rápidamente, bajé y nos dirijimos hacia su casa:

-Y, ¿cómo has entrado? - dije yo curiosa.

-Sabía que tenías unas llaves bajo la alfombra, no es un buen escondite ya- dijo ella riéndo.

Llegamos hacia su puerta y allí estaba Frank, tan sonriente como siempre. Laura le dió un beso y yo, como una tonta, suspiré muy fuerte. Ellos rieron y nos montamos en el coche. Llegamos hasta el piso nuevo, allí los vimos a todos menos a Wismichu, menos mal. Entramos y nos quedamos bastante sorprendidos, era muy grande aunque, el desorden estaba presente. Estuvimos hablando y yo, como una muerta de hambre, me dirigí a la cocina. Allí, Rubén me preguntó que qué estaba haciendo. Le dije que no había comido y él me preparó unas  tostadas. Mientras comía, le ví mirando a Laura:

.Rubén ¿ocurre algo? Te noto tenso- dije llamando su atención.

-¿Qué? ¿Cómo? No me ocurre nada o, ¿se me nota?- dijo él acercándose a mí.

-Sí, se te nota. ¿Qué ocurre?- dije yo.

-Pues, desde el día de la heladería, Laura me empezó a...- le interrumpí.

- ¿A gustar? Rubius, la he cagado, me lo podrías haber dicho antes- dije yo dándome la vuelta.

-¿Por qué dices eso? ¿Qué has hecho?- dijo él mirándome de reojo.

-Pues, yo... junté a Laura con... Frank- dije yo con cara de culpable.

-¿Cómo? ¿A él sí y a mí no?- dijo él alzando los brazos.

-Hombre, si me lo hubieras dicho antes, la doctora amor te hubiera ayudado- dije yo.

-¿Doctora... qué?- dijo él confuso.

- Nada, déjalo, tonterías mías, el caso es que tú la quieres para tí ¿no?- dije.

-Sí, pero ¿cómo lo hago?- dijo él.

-Pues, ahí viene, vamos a ver si siente algo por ti- dije yo abrazándole.

-Pero, ¿qué haces?- dijo él bajito.

-María, ¿puedes venir un momento?- dijo Laura acercándose a mí.

-Por supuesto- dije.

Mientras andábamos, le hice un pulgar arriba a Rubén y le guiñé un ojo, él sonrió y cerró el puño.

-María...-dijo Laura.

-Sí, lo sé, no quieres verme más junto a Rubén, tranquila, lo comprendo- dije yo.

-No, al revés, me alegro por ustedes mucho- dijo ella feliz.

- Y, entonces, ¿qué querías?- dije yo nerviosa.

-Pues, quería hacer una doble cita- dijo ella aún más feliz.

-Ah, claro, espera que se lo comento a Rubén- dije caminando hasta la cocina.

Al explicarselo a Rubén, sus manos comenzaron a temblar, yo lo tranquilicé diciéndole que lo probaríamos esta noche, pero que durante la cena, actuara normal. Llegó la noche y, estábamos en el restaurante. Una gran mesa nos separaba a Rubén y a mí de Laura y Frank.

NARRA RUBÉN

Estábamos allí y, en cada cosa que hacían los dos tortolitos, yo me ponía aún más nervioso. María me ayudaba, gracias a Dios que ella estaba allí, porque si no hubiera estado, yo ya habría estallado. A veces, María me cogía de la mano y, yo, le daba un beso en la mejilla. En un momento, Laura le dió un beso a Frank. Yo me enfurecí y me fuí al baño para tranquilizarme. Cino minutos más tarde, María entró en el baño, bueno, no llegó a entrar:

-Rubius, si vienes al de las chicas, lo hablamos, me niego a entrar ahí.

Entré en el de las chicas, olía a rosas. Ella me dijo que iba a realizar una locura, pero que necesitaba mi ayuda. A mí me temblaban las manos, nos íbamos a ir cuando, oímos la voz de Laura llamar a María, ella, corriendo, me encerró en un baño y me impidió salir poniéndose  en la puerta:

-María, ¿qué ocurre?- dijo Laura entrando en el baño.

-Nada, no ocurre nada- dijo ella actuando demasiado mal.

-María, ¿qué estábais haciendo?- dijo Laura intentando abrir la puerta.

-Te he dicho que na...- fue interrumpida por Laura.

-¿Rubén? ¿Qué estábais haciendo?- dijo ella cruzándose de brazos.

-Pues...- María fue interrumpida por Laura.

-No me digas nada, me voy y espero que me pidáis disculpas por esto- dijo ella.

- ¿Por qué te debemos pedir disculpas?- dije yo confuso.

-Ah, que además se hace el tonto, bueno, nos veremos. Adiós- dijo ella saliendo del baño.

Hubo un silencio hasta que María lo rompió:

-Y, bueno, el plan salió perfecto. Esto es a lo que yo llamo celos- dijo ella con una sonrisa pícara.

En parte me alegraba, esto significaba algo, pero por otra parte, tenía miedo, ¿me volvería a hablar?...

Intentando no enamorarnos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora