Intentando no enamorarnos.

Capítulo 22: Sígueme el rollo.

NARRA RUBÉN

Me había salido bien por una vez en mi vida, la había besado....Lo que no entendía es como Alex nos descubrió,  ya sabía yo que donde hubo llamas quedan cenizas. ¿Sigo sintiendo por Laura? Pues supongo, nuestra relación será como la de antes pero tendré que fingir más con ella. Lo malo es que al besar a María,  sentí algo que creo que ella también lo sintió,  no es que fuera un beso raro, fue un beso como...familiar. Fui al salón sonriendo:

-¿Y esa carita?- dijo Mángel.

-Pues no se, estoy feliz- dije sentándome.

Mientras hablabamos sobre lo del viaje al reality, notaba  como Alex me miraba y Willy miraba a Alex. Luego, bajaron Laura y María:

-Cariño, que era broma- dijo Laura abrazándome.

Miré a María preocupado y ella sonrió nerviosa al ver que Alex se reía, eso provocó que yo me riera.

-¿Ocurre algo?- dijo Laura.

-No, nada- dijo María haciéndome una señal hacia el baño.

-Laura, tengo que ir al baño- dije corriendo.

-Se me mea encima- dijo María corriendo detrás mía.

Al llegar al baño, eché el pestillo y la miré:

-Me explicarás que ocurre ¿verdad?- dije a punto de reir.

-No hace...gracia...- dijo María riendo, sí, lo se, somos subnormales.

-Ahora sí, explica- dije más serio.

-Pues mira, al parecer Laura no quería cortar contigo, suena raro pero es cierto- dijo ella poniéndose a mi altura.

-Sabes que soy más alto ¿verdad?- dije de puntillas.

-Y tanto, te vas a chocar contra el techo- dije ella agarrando mis hombros.

Al agarrarme, habíamos quedado a escasos centímetros, me besó y yo le seguí el beso. El momento fue interrumpido por el sonido de la puerta:

-¿Salis ya?- se escuchó a Mángel.

-Corre, busca una escusa- dije susurrando.

-Sí, es que he pillado a Rubius con...con mis pinturas- dijo ella riendo.

-¿Enzerio? Bueno venga, salid- dijo riendo.

Al salir, vimos a todos con los móviles como si quisieran hacerme una foto maquillado.

-¿Sabéis que no me he llegado a maquillar, no? He estado a punto pero, no he podido, por cierto, os tenemos que contar una cosa- dije serio.

-¿Es mala?- dijo Laura.

-Depende de cómo os la toméis- dijo Willy.

-No me digas eso- dijo María acercándose a Willy, para que no sospechara.

-Bueno, la semana que viene nos vamos- dijo Frank.

-¿Tan pronto? - dijo Piolín.

-No te preocupes, volveremos- dijo Frank besando su frente.

-Awww, que lendoo- dijeron Laura y María a la vez.

-Há, gayyy- dijimos los chicos a la vez, a lo que las chicas nos miraron serias.

-Y, ¿cuándo volvéis?- dijo María mirándome.

-Pues una semana más tarde- dijo Alex.

-Bueno, habrá que aprovechar esta semana- dijo María.

- Pues sí, igualmente, nos tenemos que ir, se nos hizo tarde- dijo Piolín.

-Hombre macho nunca se deja manejar por una mujer- dije mirando a Frank.

-Cállate- dijo Laura.

-Vale, vale- dije riendo.

La semana que deberíamos haber aprovechado se convirtió en una semana de problemas que provocaron el no poder quedar. Decidimos quedar la noche antes del viaje, y eso hicimos.

-Hola chicos- dijo María sonriendo.

-Hola, menos mal que habíamos quedado en el bar a y media- dijo Willy.

-Tu calla, Laura aún se está vistiendo- dijo ella riendo.

-¿Todavía? Shit! Las mujeres tardáis medio siglo en prepararos-dije riendo.

-¿Entramos? Muero de frío- dijo María.

-Vamos- dije abrazándola, cuando Willy me vió, decidió darle una chaqueta, la suya.

-Anda toma, el pobre Rubius no tiene calor para todos- dijo Willy.

-¿Qué dices? Tengo calor para todos- dije abrazando a los dos.

Entramos, cuando por fin llegaron los demás, comenzamos a hablar de temas sin importancia:

-Y bueno ¿jugamos a las verdades?- dijo Alex.

-¡Vale!- dijimos todos.

Alex empezó a preguntar tonterías a todo el mundo, a María le dijo último abrazo, la quería atrapar y que ella dijera que había sido conmigo:

-Pues, antes con Willy y Rubius para no morirme de frío- dijo ella, nos habíamos librado.

- Y ahora Rubius, ¿último beso?- dijo sonriendo maliciosamente.

Eso hizo que casi me atragantara con el pan:

-Pues...pues...- no podía decir nada.

Me sudaban las manos y María me miraba preocupada...