Eternal | La hija de Sasuke

Capítulo 4: Cuando el fuego se apaga.

     Los equipos habían comenzado a rastrear toda la zona, siendo dirigidos por Shikamaru y Nanko. El grupo ramen soleado —formado por Naruto y Hinata— se dirigía hacia el sud, flor de tomate —Sasuke y Sakura—; hacia el oeste, espantapájaros valientes —Kakashi y Makoto—; al norte y, Hyugas —Hanabi y Hiashi—; fueron por el este.

     Shino y Kiba, equipo sin nombre por falta de originalidad, estaban cerca de los alrededores del lugar del accidente, recabando pruebas como las agujas o huellas, ellos se lo comunicaban a Nanko y ella lo difundía gracias a los auriculares.

     De repente, las alarmas de Makoto y Kakashi saltaron. La mujer sentía el chakra de la niña, mientras que el Hatake había sido avisado por Pakkun de varios chakras poderosos.

     —Comunícaselo a Shikamaru, lo hemos encontrado —dijo Makoto, corriendo hacia una especie de cueva con una gran puerta negra. El Hatake la siguió.

     —Makoto, por favor, sé cuidadosa —advirtió Kakashi, activando el micrófono para avisar a Naruto. La Hatake derribó la puerta de una patada y activó su Byakugan, se empezaron a escuchar murmullos.

     —¿Quién eres? —preguntó un hombre, sosteniendo una espada en cada mano.

     —Makoto, vayamos con precaución —susurró Kakashi. Ella asintió—. Queremos el chakra de alguien —explicó él. Una mujer se dejó ver, agarrando un frasco.

     —Apuesto a que queréis el de esa niñita... es uno de los más fuertes que tenemos, así que no será barato —dijo la mujer, peinando su larga melena magenta.

     —Creo que no nos habéis entendido. —Makoto levantó su palma izquierda. —No vamos a pagar nada.

     —Ya me lo temía —susurró la mujer y se bebió el frasco que sostenía—. Matadlos. —Salieron varios ninjas de diferentes salas.

     —El equipo espantapájaros valientes necesita refuerzos —comunicó Kakashi mediante el micrófono. Los ninjas se acercaron rápidamente a ellos, Makoto realizó la rotación celestial para alejarlos.

     —¡Esto me trae viejos recuerdos! —exclamó ella, dejando de realizar el jutsu.

     —Sí, parece que el equipo Minato vuelve a las andadas —contestó Kakashi, haciendo un jutsu de tierra, que hacía que el suelo se tragara a varios enemigos.

     —No quería hacer esto, pero bueno, me habéis obligado. —El hombre, que tenía las dos espadas en la mano, corrió tan rápido hacia Makoto que no tuvo tiempo para responder. Esperó el impacto de alguna de las espadas pero jamás llegó.

     —¡Sentimos el retraso, Makoto! —exclamó Hinata a su lado. Su marido era el que había parado la espada con Kurama.

     —Por los pelos, ¿eh? —dijo él sonriendo. Makoto asintió.

     —Muchas gracias —respondió ella, poniendo chakra en sus puños.

     —Makoto, yo voy a por la mujer, vosotros luchad contra ellos —ordenó Naruto, lanzándose a por ella.

     —Bien, démoslo todo —comentó Makoto mientras Kakashi, Hinata y ella comenzaban a pelear.

     Naruto, por su parte, corrió hacia la mujer dándole un puñetazo en la cara.

     —Quiero el chakra de Nanko —habló él con una voz grave, proveniente de Kurama. Ella tragó en seco.

     —Po-podríamos conversar y... —Naruto gruñó, ella sonrió y agarró un frasco. —Han pasado años desde que vi un chakra tan poderoso, podría ser la heredera de Kaguya o algo por el estilo, algo está mal con esa niña, es demasiado fuerte. Además, no entiendo por qué justamente tú quieres recuperarlo. —Tiró la botella al suelo y se rompió en mil pedazos. —Dale mi pésame a la niña, no volverá a luchar nunca.