Eternal | La hija de Sasuke

Capítulo 9: Todos los caminos se encuentran.

     —¿El Kazekage ha muerto? No me esperaba nada parecido a eso... —Nanko suspiró. Naruto había hablado con un ninja para que trajeran a Sakura y el chakra de la Uchiha, o al menos eso era lo que la chica creía. —No entiendo cómo ha podido matarle, pero no creo que haya sido adrede. Al fin y al cabo, ningún hijo mataría a su padre, no al menos sin un motivo importante.

     —No es de nuestra incumbencia si lo ha hecho queriendo o no. Nuestra prioridad es evitar que cause daño a la aldea —habló el rubio.

     —¿Y qué vas a hacer? ¿Vas a matarle? —Él no respondió. —Vas a matarle. No puedo creer que vayas a hacer eso, es solo un crío.

     —Tiene tu edad, Nanko.

     —Aunque se te olvide, yo también soy una cría. —La Uchiha se quedó mirando a Shinki, sus ojos estaban rojos y sus manos temblaban. —Está enfadado consigo mismo, no con Konoha.

     —Nanko, haz lo que te digo. No pienses que podrás ganar sin hacerle daño.

     —Naruto, parece que hemos intercambio los puntos de vista en esta situación, pero lo que menos necesita es...

     —Para, estoy harto...

     —¡No, yo sí que estoy harta! ¡Desde que no tengo chakra se ha invalidado mi opinión, ¿no ve que Shinki no está bien mentalmente?! —espetó Nanko. Era incapaz de entender por qué Naruto actuaba como actuaba

     —¿Y cómo sabes tú eso? —preguntó el Uzumaki.

     —¿Cómo no lo puedes saber tú? Solo mírale, la frase de que los ojos son el reflejo del alma es totalmente aplicable esta vez. Shinki no merece que le matemos, Gaara no querría eso. Debemos hacer que se calme para que nos cuente qué ha pasado —explicó la cabellos negros.

     —Venga, habla con él, a ver si te escucha en ese estado. Entiendo que le tengas cariño, pero no deberías justificar que haya matado a alguien. —Nanko realizó una carcajada sin gracia.

     —Es muy curioso que digas eso cuando no siento nada por él. Es de ser estúpido pensar que estoy justificando que haya matado a su padre, pero ¿sabe qué pienso ahora mismo? Que su empatía es la misma que la de un ladrillo. Estoy segura de que el Sexto entendería esto, ambos hemos perdido a personas que amamos por nuestra propia culpa. —La Uchiha suspiró y caminó hacia el joven. —No le daré sermones, Séptimo, pero, si cree que la confianza ciega que le procesaba antes sigue estando presente, es que es rematadamente ciego.

     —¡Nanko! —exclamó Sakura, sosteniendo un bote—. Este es tu chakra, he traído una jeringuilla que el laboratorio ha creado especialmente para esto... —La de cabellos negros agarró los utensilios, introdujo en la jeringa el chakra y, sin pensarlo dos veces, se la inyectó. —¿Sientes algo?

     —Creo que no ha vuelto todo el chakra, pero tengo suficiente para hacer algo. —Nanko mordió su dedo y trazó una línea en el suelo. —¡Jutsu de invocación! —Al dispersarse la nube, una dragona salió de ahí, Nanko, por fin, volvía a sentirse útil. —Echaba esto de menos —susurró, observando sus manos.

     —¡Nanko! —exclamó su invocación—. Hace mucho que no nos invocas. —La joven se subió en su espalda.

     —No tenemos tiempo para cháchara. Acércame a Shinki, por favor, prometo contártelo todo después. —La dragona asintió y ambas se aproximaron a él. —¡Shinki! —Él la miró. —No voy a atacarte, así que, por favor, habla conmigo.