Capítulo 17: Eres mí Droga.

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Tetsutetsu quedó estático ante las palabras del rubio. ¿Hacer el amor? ¿Y cómo carajos? En su vida no había visto una teta, con suerte en alguna página playboy, además hetero, pero una relación gay, ¿qué se supone debía hacer?.

-¿Tetsu?- la sensual voz de Monoma recorrió su cuerpo.

El chico acero lo tomó de la nuca y comenzó a besarlo. Se giró para quedar sobre él.

-Espera- le dijo Neito colocando una mano sobre el pecho de éste- ¿Puedo ser el de arriba?.

Tetsutetsu sonrió- No- le dijo abalanzandose sobre él.

Los brazos del ojigris rodearon la espalda del chico acero. Tenía un cuerpazo bastante marcado y duro. Monoma lo ayudó a sacarse la polera, así mismo lo hizo él.

-Neito- susurró cerca de su cuello, mientras sus labios dejaban pequeños chupones.

-Ahh- mordió su labio inferior disfrutando de tan dulces caricias. Que placer eran los labios de Tetsu.

-Yo... No sé lo que estamos haciendo- le dijo mirando sus orbes grises- Pero te prometo que lo disfrutarás.

Neito sonrió y relajó su cuerpo, tampoco era un sabio en el tema sexual, menos con chicas. Y ahora frente a él tenía a su mejor amigo a punto de hacerle el amor. Estaba asustado, lo reconocía, pero no echaría pie atrás, no ahora que comenzaba a sentir que su cuerpo entraba en calor.

Los labios de Tetsutetsu fueron recorriendo desde el cuello, pasando por las rosadas tetillas, para terminar en la parte baja del abdomen. Ahí, donde poco a poco se asomaban algunos sensuales vellos rubios.

El chico acero estaba nervioso hasta la médula. Jamás había tenido un miembro dentro de su boca, trataba de recordar cómo chupaba los dulces y helados. Él era el activo, por lo tanto debía hacer un buen trabajo para excitar a Monoma lo que más pudiera. La idea fija era que el chico no sufriera o que la experiencia fuera tan traumática, que no quisiera sexo nunca más. Y ahí sí que se moría.

Neito sólo sintió que su ropa interior bajaba lentamente junto al pantalón, liberando así su pene semiduro.

Tetsutetsu al verlo, tragó saliva, era la hora de la verdad. Dientes, eso era lo que más recordaba, no pasar los dientes por el falo, para que no doliera. Harta lengua y chupetones fuertes. Bueno, a menos así era como a él le hubiese gustado que se la mamaran. Sin pensar más se llevó aquél suave miembro a la boca y devoró todo.

-¡Ah! ¡Ahh!- Neito contrajo su musculatura pélvica, al sentir las ricas chupadas que le brindaba el chico acero- Ah, Ahh, Ah...

Subía y bajaba con destreza, tratando de no llevarse el falo muy atrás, para no provocar el reflejo del vómito. Porqué ahí si la hacia de oro, si le vomitaba el pene.

Tomaba aire por la nariz, mientras su lengua se paseaba por cuerpo y glande, una y otra vez. Los gemidos de Monoma, eran música para sus oídos.

Liberó el miembro de su boca y continuó con su mano, así pudo usar su lengua para acariciar los testículos y viajar más atrás, hasta su ano. Su lengua se paseó por ese pequeño agujero, humedeciendo y lubricando, las sensaciones que sentía Monoma le recorrían el cuerpo.

-Ahh, Ah, Ahh- movía sus caderas, simulando embestidas. Estaba extasiado, agitado, deseoso.

Tetsutetsu al notar que estaba relajado y excitado humedeció su dedo medio y suavemente lo fue metiendo por aquel estrecho agujero.

-¡AHH!- había sido doloroso, pero extrañamente placetero.

El dedo del chico acero se movía de forma circular, rozando suavemente la próstata, haciendo que Neito contrajera sus músculos. Tetsutetsu metió un segundo dedo, dilatando cada vez más a Monoma

Madame Butterfly 🦋 [TodoBaku].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora