Madame Butterfly 🦋 [TodoBaku].

Capítulo 32: Atención Especial.

Mineta y Koda continuaban repartiendo los flayer, mientras que el café de la clase A comenzaba a llenarse poco a poco.

Las Maid estaban recibiendo las órdenes que los mozos les daban y luego llevaban el pedido a las mesas. Todoroki no le sacaba la vista de encima a su cenizo, que caminaba de aquí para allá, llevando las bandejas.

-¡Guoo! Era cierto que éste café está siendo atendido por sexys Maid.

Aquélla voz hizo que el cenizo se diera vuelta.

-Hola Bakugō-kun- le saludó Yo Shindō.

-Maldita sea.

-¡Hola!- detrás de él, aparecía Inasa, Camie y Seiji.

-Por todos los malditos demonios de la mierda- se quejó Bakugō.

Los cuatro se sentaron, en una mesa, esperarían a los compañeros de Yo, bebiendo algo.

A Bakugō no le quedó de otra, que ir a atender la mesa, pues todos sus compañeros Maid estaban ocupados. Sonrojado hasta el cuello se acercó con la pequeña libreta y el lápiz para tomar el pedido.

-Qué se van a servir- habló de forma brusca y rápida, mirando incómodo cómo todos los presentes lo escaneaban.

-Te ves muy sexy Bakugō- sonrió Camie, mientras se lo devoraba con la mirada.

-Admito que tienes una linda cintura- le dijo Inasa con algo de interés.

Shinshikura no dijo nada, sólo miró de arriba para abajo al chico vestido de mujer.

-Pues yo digo que te ves increíble- dijo Shindō, mientras le metía una mano bajo el vestido y le agarraba una nalga. Bakugō dio un salto de aquellos.

Entonces el pelinegro sintió que su mano fue sacada de un tirón, el apretón que le dieron le dolió bastante.

-Le rogaría que no tocará a las Maid- le dijo Shotō, activando su quirk de fuego, quemado la piel de Shindō.

-¡Maldita sea!- gritó el chico de Ketsubutsu salcando rápidamente su brazo- ¡Qué mierda te pasa!.

Bakugō se quedó estático al lado de Todoroki, viendo la herida de Yo sangrar.

-Tómate el maldito café y lárgate- le dijo con rostro de odio, sólo quería matarlo.

-Shotō- Bakugō lo tomó de su brazo izquierdo, para llevárselo de ahí. Sí las cosas seguían así, el medio albino podría meterse en problemas.

Todoroki le dio una última mirada y siguió al cenizo a la cocina, ignorando por completo las palabras que le decía Inasa.

Entraron y se dirigieron al fondo.

-Oye cálmate- le dijo tomando sus hombros.

-Lo vi tocar lo que es mío- dijo abrazándolo por la cintura- Lo voy a matar- susurró.

-Shotō, ya le quemaste el brazo- le dijo mientras lo abrazaba- Ya nos haremos cargo de él. Yo mismo lo mataré. Soy sólo tuyo- sonrió.

Más tranquilo Shotō, comenzó a besar a su chico explosivo, metiendo sutilmente su mano bajo el vestido, agarrando su culo.

-Esto es mío- susurró cerca de sus labios.

-Lo sé- respondió el ojirubí pasando su lengua por los sensuales labios del bicolor. Provocó una pequeñas cosquilla, que hizo sonrojar al más alto.

-Regresemos a atender las mesas y a esos malditos, déjamelos a mí- le dijo Todoroki.

Al salir de la cocina, Shotō se dio cuenta que Shindō no estaba, seguramente había ido a la enfermería a curarse la quemadura. Llevó el pedido a la mesa.