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Su grito de dolor no se hizo esperar en cuanto la bala cruza una de sus piernas y la navaja hace una herida profunda en su abdomen.

La intención de esos hombres no es matarlo de un solo tiro. Es hacerlo sufrir.

Llora.

No soporta ese dolor y lo único que quisiera de una vez, es que lo maten ya para no tener que seguir soportando cada segundo que parece más doloroso. Su ropa esta cubierta de sangre y con sus manos cubre la herida en su abdomen.

Bajo de el comienza a formarse un charco enorme de sangre y eso le preocupa.

[....]

Corre tan rápido como sus piernas le permiten, odia sentirse así de inútil, porque no sabe lo que su novio está sufriendo.
Yolo, corre tras él, no está dispuesta a dejarlo solo. Tienen un planque será complicado ejecutar, pero están seguros de que funcionara... O eso esperan.

Casi llegan al callejón, y escuchan el sonido de una pistola seguido de un grito.

—¡Temo! —intento correr más rápido.

Sabe que esa ha sido su voz, y le preocupa el sonido que acaba de escuchar. Dobla la esquina del callejón viendo como su padre lo sostiene fuertemente del cabello y el otro amenaza con una pistola.

No le importa nada ahora, solo corre hacia su padre quien al verlo deja caer el cuerpo del menor.

—Ah! —se quejo al sentir una fuerte punzada en su abdomen provocada por la herida.

Él rizado no espero más y dio el primer golpe directo en el estómago a su padre y él otro hombre con el arma apunta hacia el rizado dispuesto a jalar del gatillo.

—¡Cuidado! —Yolo, brinca sobre su espalda arañando la cara del hombre dándole tiempo al rizado de tomar a su novio y largarse se allí— ¡Aristoteles, llévate a Temo de aquí! —grito la rubia intentando con todas sus fuerzas no dejar escapar al hombre.

—No te lo llevaras a menos que sea muerto —tenía la navaja con la que todo este tiempo ha estado haciéndole daño apuntando a su cuello, amenazando con cortarlo. — Aun puedes ser normal, hijo, solo deja que termine con esta plaga —apretó su agarre en el menor haciéndolo gemir de dolor.

—A-Ari —susurro con sus poquitas fuerzas que quedaban en su cuerpo mientras forcejeaba.

—Amor —dijo al ver sus ojitos cristalinos comenzando a llorar.

Yolo grito al caer, el hombre había logrado quitarse a la chica de encima y ahora le apuntaba con el arma.

Aristoteles ya no sabía que hacer, tenía miedo, ahora quien tenía el control era su padre, podría matar en cualquier momento a su novio solo con mover la navaja o podría matar a su sobrina solo con apretar un gatillo, eso le daba miedo, pero haría hasta lo imposible por sacarlos de ahí sanos y salvos.

Suspiro pensando el la solución para que dejara ir a Temo.

—Sí los dejas ir... Prometo ser normal como tu dices —hablo por fin.

Audifaz, sonrió victorioso pero tampoco era un completo idiota.

—¿Cuál es el truco?.

—No hay ningún truco, solo déjalo ir y a ella también.

—No, Ari, no —Temo lo miraba con temor después de escuchar sus palabras, no quería perderlo, le había costado mucho estar con él y ahora no lo dejaría ir tan fácil.

—Bien —Aventó el pequeño cuerpo del menor al piso sin cuidado alguno.

Rápidamente, Aristoteles corrió a abrazarlo siendo correspondido por el menor, sin importarle si se llenaba de sangre.

—Bonito, lamento todo esto, pero ahora podrás estar a salvo, lo prometo —beso su mejilla la cual tenía varios moretones en ella.

—No, Aristoteles —sollozo contra su pecho.

Ari miró a Yolo haciéndole una seña para que se acercara. Ella así lo hizo.

—Váyanse, y no lo dejes volver por mi, estaré bien, lo prometo.

—¿Sabes que me debes una? —dijo limpiando las lágrimas que bajaban por su mejilla.

—Mejor que sean dos —sonrió uniendola al abrazo— Váyanse ahora.

La rubia asintió tomado el brazo de Temo, para poder llevarselo, pero este se negaba a dejar al rizado solo.

—¡No! Déjame —forcejeaba intentando liberarse del agarre con el que difícilmente era arrastrado hasta salir del callejón. La rubia no tenía miedo ante lo que pasará después, porque sabe que el plan apenas comenzó.





Atte: Queen






Nerd de mi corazón [Aristemo] (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora