28

4.3K 370 76
                                    



Aristoteles estaba detrás de su madre mirando todo lo que ella hacía, ni siquiera sabe porque está nervioso, pero lo está.

— Ari, hijo, te amo pero deja de estar detrás de mí todo el tiempo, ya me estrésaste a mi también —hablo Polita dejando de limpiar la mesa.

— Pero... Ay, esta bien, voy a ver que esta haciendo Arqui —se dio vuelta, caminado a donde se encontraba su hermano.

Polita suspiro y volvió a lo que hacía.

[....]

— ¿Qué se supone que me ponga? —hablo Temo.

— ¿Y yo que sé?

— Se supone que tu me ayudas en esta clase de cosas.

— Pues no sé, busca algo, seguro tienes mucha ropa que ponerte.

Temo hizo un puchero, si tiene mucha ropa, pero siente que nada le gusta.

— Tienes razón, hay mucha más ropa que ponerme, así que usaré la tuya.

— ¡Eso no fue lo que dije, Cuauhtémoc!.

— ¡Si lo dijiste! —salió corriendo de su departamento bajando al de Diego.

— ¡Solo escuchas lo que te conviene! —corrió tras el.

Temo se encerró en el cuarto de Diego, buscando algo bonito que ponerse, mientras Diego intentaba abrir la puerta con una tarjeta y un pasador.

— ¡Temo, sal de ahí, ahora!

La puerta se abrió y Temo salió con unos Jeans negros rasgados, una camisa de cuadritos azul y un par de tenis grises.

— Te ves bien —dijo Diego, juzgando como se le veía la ropa— ¡PERO QUÍTATE MI ROPA!

— Nop, tú me la vas a prestar.

Diego se acercó de forma amenazante.

— Si le pasa algo, te mueres.

— Ruega porque no le pase nada.

— Te lo advierto.

[....]

Temo y Ari, iban rumbo al departamento del rizado.

Eduardo cuidaba a Arqui mientras que su esposa terminaba de poner la mesa.

— ¡Ya llegamos! —dijo Ari entrando junto a Temo, ambos de la mano.

— Hola, mucho gusto me llamo Eduardo —extendió su mano a Temo, y este gustoso la acepto.

— Un gusto, soy Temo.

— ¿Eres quien trae loco a Aristoteles?, en serio que debes ser especial.

— ¡Pa'! —reprocho Ari.

— Ups.

Polita salió de la cocina yendo directo a saludar al castaño.

— Hola, ya nos conocemos, pero quería volver a ver al lindo novio de mi Aris.

— Gracias, Polita.

— De nada cariño. Pasen, la comida ya esta lista.

Mientras que Aristoteles tenía un ligero toque de color carmín en sus mejillas, sus padres le contaban cosas vergonzosas sobre él a su novio.

— Le gustaba bañarse en la tierra, siempre terminaba sucio y no quería bañarse —comentó Polita.

Temo reía, era divertido escuchar sobre su novio cuando era pequeño.

— Lo hacía, porque cualquier niño de cuatro años juega con la tierra —se defendió él rizado.

— ¡Hola familia! Ya llegué! —Grito Yolo entrando a la cocina— Ouh... Perdón, no sabía que aquí estaba mi tío Temo, pero pues... Hola Tami —saludo la rubia.

— Hola Yolanda.

— Hola, Yolo, sientate a comer —Polita saco otro plato extra para servirle a Yolo.

— Tía, a eso venía, jeje -sonrió con pena. Siempre hace eso cuando su padre y sus hermanos no están, pero esta vez se encontraba Cuauhtémoc, y era un poco vergonzoso- Pero ahora hasta pena me da.

— Cual pena, si a todas horas estas aquí.

— ¿Pues si verdad?. Jaja, bueno pues que me cuentan —dijo sentándose.

— Le estamos contando a Temo, las cosas graciosas que hizo Aristóteles cuando era pequeño —hablo Eduardo.

— Uy, yo tengo una buenísima, fíjate que en uno de los cumpleaños de Arqui, me tropece con una roca. Aristoteles comenzó a reírse y escupió el agua por la nariz, jaja todos se rieron de él y regreso enojado al departamento.

— ¿En serio?, jaja.

— Fue culpa de Yolo, por no fijarse al caminar —se defendió Ari, mirando mal a su sobrina.

— Amor, todos alguna vez nos hemos caído.

— Si pero, Yolo se embarro el pastel que tenía en la mano en toda la cara ¿cómo no me iba a reír?, además ella ha hecho cosas más vergonzosas que yo.

— Pero aquí no estamos hablando de mí, si no de ti.

[....]

Era algo tarde, Temo se despidió de todos.

Estaban caminado a el departamento del menor.

Temo se balanceaba empujando levemente a Aristoteles.

Las calles no estaban tan llenas de personas, pero eso les daba más libertad.

— Lamento que te hayan contado eso —Hablo Ari pasando su mano sobre los hombros del castaño.

— Me pareció divertido, y lindo, además creo que Yolanda me agrada —Tomo la mano sobre su hombro acariciándola con lentitud, recargando su cabeza en el hombro de Aristoteles.

— Ella está feliz porque estemos juntos.

— Yo también estoy feliz por eso.

Siguieron caminando hasta llegar al departamento de Temo. Ari tenía planeado regresar, pero esa idea se fue a la basura cuando miro a Temo en su pijama de unicornios.

— ¿Té vas a quedar? —pregunto esperando que su respuesta fuera un sí.

— Ah, si, claro que sí —sonríe.

— Bien, creo que Diego fue a una fiesta, así que puedes dormir en su habitación.

Ari abrió sus ojos de par en par he hizo un puchero.

Temo sonrió, y corrió a abrazarlo, besando todas partes de su cara.

— Obvio no tonto, como crees que voy a dejar que duermas en otro cuarto cuando puedes dormir conmigo —dijo alzando las cejas con pircardia, mientras enredaba sus piernas al rededor de la cintura de Aristoteles.

— No juegues así con mis sentimientos —Fingió indignación poniendo una de sus manos en su pecho.

— ¿Y si juego con otra cosa?.

— Me gusta por donde va esto, Cuauhtemoc.










Atte: Queen













Nerd de mi corazón [Aristemo] (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora