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- Por favor, no -Rogó a la imagen de su padre en la video llamada- ¿Por qué no vienen ustedes?... Así puedo presentarte a... Una persona.

- ¿Hablas del chamaco ese? -pregunto.

- Sabes que si Papancho, por eso quiero que ustedes vengan.

- Ay mijo, ¿y por qué no me dijiste eso antes? Sabes que aquí la Lupita y Julio van a estar encantados de ir a verte.

- Entonces, ¿los veo el lunes? -pregunto cruzado los dedos por debajo de su escritorio.

- Clarín, hay nos vemos el lunes, te me cuidas hijo, me saludas al Diegochas.

- Claro Papancho -colgó la video llamada suspirando.

Diego entro a la habitación, ya era tarde pero pancho había llamado así que solo lo dejo pasar.

- ¿Todo bien? -pregunto sentándose junto a el.

- Aun quiere que vaya a vivir con ellos, no quiero eso Diego, Aristoteles esta aquí y dudo mucho que el acepte verme una vez al mes o esperar por mucho más tiempo.

- Estoy seguro de que Pancho dejara que te quedes, te ama y quiere que seas feliz, el lo va a comprender estoy seguro.

- ¿Qué haría sin ti? -se levantó dándole un abrazo.

- Llegar tarde a la prepa, justo como en este momento lo estás haciendo.

Temo abrió sus ojos de golpe.

- Ari debe estar solo en el salón y yo aquí, vámonos Diego, ¡RÁPIDO!.

[....]

Aristoteles suspiro terminado el libro que leía, normalmente termina sus libros en menos de una semana, pero esta vez duró casi dos semanas terminando uno.

Tal vez por todo el tiempo que pasa con su novio.

Se levantó dispuesto a ir hacia la biblioteca ya que Temo aún no llegaba. La biblioteca estaba como siempre, sucia y polvorienta.

Regreso su libro a su antiguo lugar, buscando en los viejos estantes alguno más interesante que leer.

Temo salió corriendo de su departamento mientras Diego, intentaba alcanzarlo.

Llegó a su salón pero Aristoteles no estaba allí.

- ¿Buscas a Aristoteles? -pregunto la rubia sentada en su lugar.

- Sí, ¿Sabes dónde está?.

- Busca en la biblioteca -sonrió guiñando el ojo- seguro está ahí.

- Gracias, Yolo -sonrió corriendo directo a la biblioteca.

Entro recargandose en una de las paredes viendo como el de rizos leía sentado en una de las mesas polvorientas.

- Me encanta verte así de concentrado, ¿lo sabias?.

Ari alzó la vista de su libro con una linda sonrisa adornando su rostro.

- Creo que mencionaste eso antes.

Él castaño se sentó junto a él besando su mejilla izquierda.

- ¿Qué lees? -preguntó mirado las hojas del libro.

- El Eterno Adán, de...

- Julio Verne, lo sé, no soy tan idiota como parezco.

- Bebé, no digas eso de ti, no eres idiota.

- Tu me dijiste una vez que nunca sería nada mas que un fracasado.

- Sé lo que dije, pero me disculpe porque enojado no se lo que digo -giró un poco su cuerpo tomando sus manos entrelazando sus dedos con los del castaño- Quiero que sepas que no importa quien lo diga, ni siquiera si lo digo yo, tu eres inteligente y lograrás lo que quieras mientras te lo propongas, así como te propusiste enamorarme y lo conseguiste porque ahora no se que clase de amarre me hiciste, Cuauhtemoc.

- Gracias -inclino un poco su cuerpo hacia adelante para alcanzar sus labios- Y sobre el amarre, pues... No se que es lo que hizo que te fijará en mi, yo juraba que nunca lo arias.

- Jaja como no me iba a fijar en ti, si eres tan... Sexi -dijo burlón abrazándolo por la cintura clavando su nariz en su cuello dando pequeños besitos.

- ¡Basta, Aristoteles, hace cosquillas! -río intentado alejarlo.

- Ya, ya, perdón -soltó su abrazo alejando su rostro un poco- Vamos al salón porque la clase comienza en... 3 minutos.








Atte: Queen








Nerd de mi corazón [Aristemo] (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora