Nerd de mi corazón [Aristemo] (Terminada)

Epílogo

—¡Aristóteles!, ¡ya es hora, tenemos que irnos! —grito desde el auto haciendo sonar el claxon esperando a que su novio saliera de la casa donde vivían.

—Ya voy, ya voy, no seas mandon, es malo para el bebé —dijo entrando al auto mientras acomodaba su corbata.

—¿Cual bebé?.

—El que te haré esta noche —sonrió pícaro.

—¿Donde quedo mi nerd?, el que no pensaba solo en sexo y me llenaba de besitos todo el día mientras veíamos películas.

—Sigue aquí, pero hoy quiero ser alguien diferente, hoy seré alguien menos nerd, solo celebremos nuestra graduación y la nueva etapa que está por venir cuando nos mudemos a Londres para la universidad.

—Yo amo el Nerd, que eres, no necesitas ser alguien más.

Él mayor sonrió, él sabía que no lo necesitaba serlo, pero le encantaba oírlo de la boquita de su niño.

—Te amo.

—Sabes que yo también te amo, con todo el corazón.

Aristoteles encendió el auto. Se dirigían a la preparatoria, donde sería su ceremonia de graduación.

Ambos llevaban puestos los tipicos trajes negros con corbata roja y su birrete de graduación en la cabeza.

—Wow —dijo al ver como habían adornado la entrada de la preparatoria.

—Se esmeraron mucho.

—Si que lo hicieron.

Ari, estacionó el auto fuera de la preparatoria, y camino tomando la mano de su novio como muchos otros que entraban con sus parejas.

La ceremonia comenzó, ambos se sentaron juntos.

Temo se moría de nervios cuando por fin comenzaron a dar sus papeles de graduación y cuando tuvo el suyo, se sintió aliviado, ahora podría ir junto a Aristoteles, a Londres a la universidad que ambos escogieron.

Se había estado esforzando demasiado para recibir buenas calificaciones.

Aunque la mayoría de sus compañeros pensaban que recibía ayuda de su novio y que solo estaba con él para tener mejor calificación, pero no era así, él de verdad se esforzó.

Mientras que el rizado obtuvo las mejores calificaciones, como era de costumbre.

Pasada la ceremonia, ambos regresaron a casa.

—¿Iremos a la fiesta? —pregunto Aristóteles sentándose en la sala.

—No lo sé, ¿tú quieres ir?.

—Me gustaría más quedarme aquí, abrazandote, y después ir a ver a nuestras familias por última vez.

—Ari —habló acercándose a su novio, sentándose en su regazo sin ninguna intención de más— No será la última, volveremos dentro de un par de años y también los visitaremos en vacaciones, a menos que ambos cambiemos de opinión estando allá.