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Ari está despierto, acariciando los cabellos castaños del manor.

Miraba sus facciones, suave, tranquilo y sereno. Como un angelito hermoso.

Dejo un besito en su naricita y otro más en su frente.

No quiere despertarlo, así que vuelve a dormir un rato más.

[....]

Unos toques en la puerta hicieron despertar al castaño.

— Temo, Ari, ya despierten, tenemos que ir a la prepa y ya es tarde —Dijo Yolo, alejándose de la puerta.

Temo, aún medio dormido, alzó su cabeza. Estaba sobre Aristóteles.

Sin ropa.

Y estaba pegajoso. Oh, no.

Sus mejillas se sonrojaron, y su boca formó una "O", al recordar la noche anterior.

Ari se removió, abrazándose más al castaño. Temo sonrió, dejando un beso en el pecho desnudo del rizado.

— Ari, despierta —hablo acariciando su mejilla y parte de los mechones en su cara.

Poco a poco el chico abrió sus ojos, parpadeo un par de veces para que su nublada vista se incorporara bien a la luz.

— Buenos días, bonito —Dijo bostezando.

— Buenos días, Aristocles.

— ¿Hoy hay clases verdad?. -dijo con pereza.

— Sí, desgraciadamente, sí. Me gustaría estar todo el día aquí contigo —Dijo haciendo un puchero.

— A mi también, pero tenemos que ir.

— Por un día que no vallamos no pasa nada.

— Eres una mala influencia para mi, ¿lo sabias? —bromeo y se acercó besando sus labios.

— Lo sé, y perdón, tienes razón, hay que levantarnos.

Ari se levanto, buscando su bóxer en alguna parte de la habitación.

Temo lo miro levantarse desnudo y sintió su cara arder. Intento hacer lo mismo, pero sus caderas no lo dejaron, haciendo que soltara un quejido de dolor.

— Amor, estas bien —se acercó preocupado.

— Si, si, solo dame un momento —intento parase de nuevo, esta vez, renqueando hasta su armario.

— Perdón, no quise lastimarte. Tal vez fui muy brusco.

— No, no me lastimaste, solo supongo que es porque no estoy acostumbrado, pero la verdad me encanto.

— También a mi... Aun así para la próxima voy a tener más cuidado, lo prometo.

— ¿Próxima?

— Aah, sí, digo no, solo si quieres... olvídalo yo...

— Solo bromeo, ¿donde quedó el Aristóteles dominate de anoche?. -dijo burlon haciendo al rizado sonrojarse.

— Es que...

— ¿Sabes?, yo también quiero una próxima.

Ari sonrió tomando a Temo de la cintura para acercarlo a él.

— ¡Ari, estoy desnudo! - quiso apartarse.

— No hay nada de ti que no haya visto ya. -recordó burlon alzando las cejas de forma pícara.

Nerd de mi corazón [Aristemo] (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora