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— ¡Ah!, ¡Eso duele, Aristoteles! —grito Temo.

— Ya, ya, lo haré más lento ¿de acuerdo?.

Ari desinfectaba la herida de Temo con cuidado.

— Listo, ¿ya ves?, No fue tan difícil.

— Sí, porque tu no fuiste el herido.

— ¿Y quien te manda a querer correr por las escaleras?

Temo bajo la vista, y soltó una risita.

— Lo sé, lo siento. Pero tú también terminaste con un moretón en la frente por mi culpa.

— No te preocupes, igual solo fue un moretón, nada grave.

Temo quizo correr por las escaleras del edificio donde vivía para llegar rápido a su departamento, Ari iba tras el y sin darse cuenta se resbaló cayendo al piso y golpeado a Aristoteles también.

Yolo se quedó con Diego en su departamento, ambos andaban de coquetos con unos chicos que encontraron mientras tomaban el sol en el lago, por eso es que Temo y Ari decidieron dejarlos solos, mientras iban al departamento de Temo para curar su herida.

— ¿Quieres ver una película? —pregunto el menor.

— Esta bien, pero yo hago las palomitas, mientras tu escoges la película.

Temo asintió, buscando una película que ver, y Aristóteles hacia las palomitas.

Una rato más tarde, Temo se decido por ver Aladdin, la nueva película en live-action.

[....]

— Creo que va a llover —Dijo Aristoteles, mirado por una de las ventanas como el cielo empezaba a llenarse de nubes grises.

— No digas eso... Ya espero que no.

El rizado alzó la ceja mirando al menor de forma burlona.

— ¿Acaso te asustan las tormentas?.

Temo dejo de ver la película para poder reprochar.

— ¡Claro que no!.. Bueno tal vez.

— Hay, chiquito bonito, ven aquí —estiro sus manos para abrazar el pequeño cuerpo del castaño.

— ¿Te vas a quedar?, ¿o te vas a ir y me vas a dejar aquí sólito con esa tormenta que viene? —Dijo haciendo un puchero.

Ari miro su celular, y recordó que debía llamarle a sus padres, si es que se quería quedar.

— Solo deja que le llame a mi mamá para que no se preocupe.

Marco el número de su casa, esperando que contestara Polita.

— Oda?

Se escucho una voz tierna del otro lado de la línea, Ari supo de quien se trataba y lo puso en altavoz.

Quería que Temo escuchara la voz de su hermanito.

Hola, Arqui.

¿Adii? — pregunto el pequeño.

— Si Arqui, ¿donde esta mamá? Sabes que no debes contestar el teléfono de la casa.

— Ven aquí pequeño — Esta vez se escucho la voz de un hombre — Hola, ¿quien habla?

— Soy yo, Aristoteles.

— Ha, Hola hijo ¿que necesitas?.

— Me voy a quedar en casa de Temo, pero ya sabes como es mamá, me dijo que hablara para avisar.

Sí, no hay problema, que bueno que avisas. Yo le digo.

— Gracias, Pa'.

— De nada, bueno tengo que colgar, Arqui, quiere cenar y si lo dejo solo va a "tirar toro".

— Jaja bueno adiós, los amo.

Ari colgó la llamada mirando la cara de Temo, quien tenía una gran sonrisa en su rostro.

— Amo como eres.

— ¿Cómo soy?

— ¿De verdad quieres que te lo diga?, porque si es así, me voy a tardar un poco.

— Entonces quiero el resumen.

Temo sonrió acercando su rostro al del mayor, chocando sus respiraciones sin despegar sus miradas.

— Eres hermoso —dejo un beso en su nariz— eres la mejor persona que conozco —dejo otro beso en su mejilla— te preocupa tu familia —besa su frente— te superas ante todo —besa su barbilla— Eres un nerd... ¿Pero sabes algo?, eres él nerd de mi corazón –dijo para por fin besar sus labios.

Aristóteles no contuvo su sonrisa entre el beso.

De verdad amaba a Cuauhtémoc.

— Te amo.

Temo bajo la vista pues un sonrojo pareció en sus mejillas por el comentario del rizado..

— Ta-también yo.

[....]

Cuando la película terminó, Temo miró a su lado.

Ari se durmió.

Lo miró atentamente, sus ojos cerrados hacían ver más grandes sus pestañas, y sus labios medio abiertos le daban un toque de ternura.

Temo poso una de sus manos en la mejilla del rizado para acariciarla con suavidad, se acercó lentamente a su rostro para juntar sus labios, los movió lentamente para después separarse.

Ari abrió los ojos con una sonrisa en sus labios. Puso una de sus manos en la cintura de el menor para atraerlo a él y atrapar sus labios de nuevo.

Sus besos eran lentos y dulces, cosa que para ambos era como estar en el cielo, pero... Lento y dulce terminó cuando su beso se volvió más rápido y sus respiraciones se aceleraron.

Aristóteles atrapó con sus dientes el labio del menor, Temo supo lo que quería hacer. Abrió su boca para que Aristoteles pudiera adentrar su legua a su cavidad bucal.

Las manos en la cintura de Temo subían y bajaban acariciando con lentitud.

Temo puso sus piernas a cada lado de Aristoteles, mientras sus manos estaban en sus hombros juntando más sus cuerpos y haciendo más profundo el beso.













Atte: Queen











Nerd de mi corazón [Aristemo] (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora