- ¡Hayley, cariño!
Cariño. Eso solo significa una cosa: me va a pedir un favor.
No es que mamá no sea cariñosa, siempre lo ha sido, pero teniendo en cuenta que sigue llamando a mi padre "cretino" con todo el amor del mundo, el apelativo "cariño" no entra en su repertorio a no ser que sea para pedir algo.
En mi casa no usamos palabras como "amor" o "cielo". No te extrañes si oyes un "te amo, borde" de mi padre hacia mi madre. A mí me llaman "Boo" porque cuando era pequeña me obsesioné con la película de Monstruos S.A y esperaba ansiosa cada noche que algún monstruo viniera a hacerme reír. A mi hermano mayor Alec, lo solemos llamar "tete" porque así era como lo llamaba yo cuando apenas sabía hablar, y al menor de nosotros, Caleb, lo llamamos "mono" porque solía subirse a todo lo que pudiera, era bastante movido.
En fin, estoy divagando.
- ¡Qué! - grité desde mi habitación.
- ¡Ves a buscar a tu hermano!
- ¡No se donde está!
Mentira.
- ¡Mentira!
Mierda.
Parece que mamá tenga un radar, siempre sabe cuando alguno de nosotros miente. Mi padre, en cambio, no sé si es así de ingenuo o se lo hace la mayoría de las veces solo para hacernos creer que de verdad logramos engañarlo.
- ¡¿Tenéis que gritar?! - preguntó Caleb desde su cuarto.
- ¡Caleb, acompaña a tu hermana!
- ¡Já, por listo!
- ¡Hayley, no te metas con tu hermano!
- ¡Pero mamá...! - se quejó él.
- ¡Ni pero ni pera!
Y ya está. Amiga, esa es la señal de que más vale cerrar el pico y hacer caso. ¿Tiene sentido? No. Pero así es.
Solté un gruñido y a paso lento, hombros encorvados y una clara mueca de disgusto, salí de la habitación.
- Vamos, mono - murmuré al pasar por delante de su puerta.
Caleb también gruñó y adoptó la misma postura que yo. Por algo somos hermanos.
- La comida casi está, id a buscar a Alec y directos para casa - ordenó mamá cuando llegamos a la cocina - Nada de distracciones. Y por el amor de dios, cambiad esas caras, parece que la vida os haya pasado por encima.
En ese momento rodé los ojos. No imaginaba como la vida te podía pasar por encima y solía hacer eso cuando mi madre exageraba y decía cosas sin sentido. Con el tiempo descubrí que sí era posible.
- No entiendo porque tiene móvil si no lo coge - refunfuñó Caleb mientras caminábamos por la calle - Es sencillo. Mamá te llama, coges el teléfono, te dice que la comida casi está lista y vuelves a casa. Pero no, el señorito tiene que hacer que sus hermanos vayan a buscarlo a la plaza porque es incapaz de coger un puto teléfono.
Yo no dije nada y me limité a asentir repetidas veces a sus palabras.
Cuando llegamos a la plaza, vi a mi hermano sentado en un banco con sus amigos y mi primo Gabriel. Él es hijo de mis tíos Shane y Elena y se ha críado con Alec como si fueran hermanos, puesto que además de familia, tienen la misma edad y han crecido como amigos inseparables.
- ¡Alec mueve tu culo, la reina te reclama! - grité antes incluso de llegar frente al banco.
La reina es mamá, porque sí, porque simplemente lo es. Nadie lleva la contraria a la reina, eso es algo que papá nos enseñó muy bien.
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¿Cuál es tu nombre? #CETS3
Teen FictionTERCERA PARTE DE "¿CUÁL ES TU SUEÑO?" *No es necesario haber leído los dos anteriores pero sí recomendable para entender toda la historia con más detalle* - La vida es maravillosa. Y jodida. Muy jodida. - Cuéntame tu historia. - Ya te la conté. ...