El Poder Del Amor

Sexta parte

Maura: (suspiro) está bien, Dionisio, tratare de cumplir con este matrimonio, pero, por favor, no te divorcies, mira, tenemos que convivir y aparentar felicidad ante la prensa, lo mejor es que hagamos una tregua, ¿si?, tratemos de llevarnos bien.

Dionisio: (se puso el bóxer) yo estoy haciendo todo lo que puedo, pon tu también de tu parte para hacer todo esto más fácil, Maura.

Maura: lo haré..... (extendió su mano)..... ¿tregua?.

Dionisio: (dudo unos segundos pero termino dándole la mano 🤝) tregua......

Después de aquel pacto que habían echo las cosas eran más tranquilas entre los dos, las semanas fueron pasando, Dionisio le había puesto vigilancia a Maura las 24 horas del día, el estaba amenazado y por consecuente sabía que ella también.

Maura estaba en una junta importante de su empresa.

Maura: ¿como es posible que estemos tan mal?, estos números son un desastre.

Socio: hemos bajado la productividad más de un veinte por ciento, nuestros antiguos clientes se están marchando a la empresa Ferrer, ellos tienen mejor plan de construcción que nosotros, tardan menos tiempo en fabricar, sus plazos son más cortos.

Maura: pero nosotros hacemos todo a la perfección.

Socio: y ellos también, ese es el problema (se levanto enojado) has algo para que esta empresa vuelva a funcionar o yo vendo mis acciones (salio de la junta)

Maura: ¿y ahora yo que hago? (mirando a Dayana).

Dionisio estaba en el cementerio contemplando la tumba de la madre de Maura.

Dionisio: he venido a verte, aunque no creas que con muchas ganas (le puso flores) por culpa de tu secreto tuve que aguantar los insultos de Maura, y que todo el mundo se burlara de mi en la escuela, si hubieras tenido valor, yo no hubiera sido ese muerto de hambre que todo el mundo despreciaba, mi desdicha me la diste tu...... (hablaba con rencor y pesar)

Maura fue a la empresa de Dionisio, por primera vez estuvo dispuesta a pedirle consejo sobre como mejorar las condiciones de su empresa para hacerlas mucho más factibles.

Maura: señorita, ¿esta Dionisio?.

Secretaria: no, el señor salió, ¿quiere dejarle algún recado?.

Maura: ¿salió?.... ¿a dónde?......

Secretaria: no lo sé, señora.

Maura: bueno, si mi marido regresa dígale que estuve aquí, gracias (se fue)

Dionisio salió del cementerio y se subió en su camioneta, en el trayecto recibió una llamada.

Dionisio: ¿quien es?. (contesto).

X: soy Albert Riviero, ¿me recuerda?.

Dionisio: si, como no, el italiano.

Albert: exacto, estuve pensando en que sería bueno hacer negocios con usted, me gustaría invitarle a usted y a su esposa a pasar unos días aquí en la mía Italia, y así poder negociar en persona.

Dionisio: sería estupendo, Señor Albert, pero primero debo hablar con mi esposa para saber si esta de acuerdo.

Albert: tranquilo, hable con ella y después me da la contesta.

Dionisio: muy bien, gracias. (colgó)

Maura estaba frustrada buscando un plan para no llevar a su empresa a la quiebra, ¿que le estaba pasando?, ella jamás había tenido resultados tan malos en su negocio.