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06| Yes, baby
☽Emma☾:
Calor.
La habitación se siente como si estuviera repleta de personas y no hubiera ni una corriente de aire. El ambiente se vuelve pesado, asfixiante e insoportable. Siento como si la temperatura de mi cuerpo sube al igual que la de alrededor. Y tener el cuerpo pegado de Connor contra el mío, es como pararme a dos centímetros de una fogata.
Mi respiración se torna pesada y lenta. Tengo unas desesperantes ganas de quedar solo en ropa interior y lanzarme a una piscina. Es como si en vez de traer un simple pijama, trajera un abrigo de piel.
Jadeo cuando siento como Connor toca mi cara y solo eso me hace sentir bien. Como si su toque apaciguara el horrible calor y al mismo tiempo me hace sentir bien de una manera ambiciosa, en la que quiero que siga estando en contacto conmigo y el sentimiento de bienestar nunca se esfume. Al parecer, a él también le gusta. Lo compruebo cuando yo coloco mi mano en su mandíbula.
Él cierra los ojos y ronronea gustoso, acercándose más a la palma de mi mano. Con la mano que tenía en mi mejilla agarra la que yo tengo en la suya y se hunde más en ella, ayudándose con la otra y asegurándose de que no dejaré de tocarlo. Sonrío enternecída por la imagen frente a mí y paso mi pulgar por lo largo de su rostro, observando lo pacífico que se ve. Ahí es cuando me doy cuenta de que la habitación volvió a tornarse como era en un principio.
—Te tomaría aquí mismo –dice tranquilo sin dejar de ronronear y yo me escandalízo —, pero es muy pronto –completa y suspiro de alivio.
—¿Gracias? —digo sin saber qué responderle exactamente, y de repente recuerdo algo—. Uhm, Connor...
—Dime, mi Luna. —Ahora él coloca sus manos a los costados de mis piernas, apoyadas en el escritorio.
«¿En qué momento me teletransporte a aquí?»
—Eh... bueno, tengo diecisiete años y... no quiero que mi estilo de vida cambie, ya sabes, yo... quiero terminar el instituto. –Él abre los ojos y me mira —. Iba a... ir mañana, al de éste pueblo. Pero, no sé siquiera si seguimos en el pueblo.
—Seguimos aquí. –Acerca su rostro a mi cuello —. Sólo estamos en la profundidad del bosque. ¿Recuerdas cuando te encontré detrás de tu hogar?
«Esa casa no es mi hogar»
—Entonces tú sí eras el lobo negro. –«¡Lo sabía!»
Seguro... Escucho decir a Lillith con sarcasmo.
Asiente, —Sí, estamos en el bosque que viste, solo que en una parte lejos y escondida de...
Tocan la puerta.
Connor gruñe. —Adelante. —Me baja cuidadosamente de su escritorio. La puerta se abre y entra un hombre.
—Señor. —Su voz flaquea y me mira nerviosamente pero en un instante corre la mirada—. Los Roguers...
Roguers... sé que escuche de eso en algún lado.
—Ah, mierda —musita con frustración —. Me olvidé de ellos. Termino aquí e inmediatamente iré.
El hombre asiente. —Sí, Alpha. —Y se va.
—¿Qué son los Roguers? –Recuerdo haber leído sobre ellos, pero no sé exactamente qué eran.
—Son lobos que no pertenecen a ninguna manada, por lo que a veces entran a territorios de alguna y crean problemas. —Suspira con cansancio—. Arreglaré eso, ven. —Me toma de la mano y sin dejarme decir nada, salimos de allí.
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En las Fauces del Alpha
Werewolf¿Te gusta la fantasía? Porque a mí sí, ¡y a quién no! Es tan fascinante, cómo trasciendes de un mundo aburrido y monótono a uno lleno de magia e imposibilidades que te vuelan la cabeza. Mi gusto por la fantasía recae en particular en los hombres-lob...