Capítulo 14

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14| ¡Atrapadas!

Emma:

No. Me. Lo. Creo.

No puedo evitar echar una mirada buscando mi misma reacción en las facciones de los demás. Todavía así, hasta me pellizco un brazo.

Estoy impaktada.

Alex.

Alex y Kaiden.

Ellos...

—Uau —suelta Zhaira.

Parpadeo y mi tonto cerebro se aclarece.

Alex me soltó para ir a los brazos de Kaiden ¿Por qué? Bueno, quizá el «¡Mía!» y el «¡Mío!» que oí, un segundo antes de ser tirada a un lado como el más insignificante pedazo de basura, puede darme una respuesta sugerente...

«Alex y Kaiden son compañeros, fin»

«Ash, arruinaste mi drama»

Pues sí. Compañeros cuyo pudor es olvidado al aferrarse mutuamente como lo hacen ahora. Mis ojos albergan, sin embargo, la sensación de estar observando a dos viejos amantes, de amor ya acostumbrado y natural. Tocándose como si siempre lo hubiesen hecho, mirándose como si no fuera la primera vez en coincidir.

No hace falta decir que se traspasan la garganta con sus lenguas.

Definitivamente no quedará diente sucio alguno.

Pero el hechizo se rompe. Ahora los envuelve, nos envuelve, el ronroneo de un grave gruñido. No me sorprende oírlo, así que, hastiada, detengo a Connor por el pecho een un ridículo intento por detener cualquiera que sea su intención al acercarse a la nueva parejita.

—Connor... —no evito resoplar.

—Alpha, es algo normal —farfulla Zhaira, comprensible—, su hermana encontraría a su compañero tarde temprano.

—Y fue temprano —continúo yo—. Así que guarda tu papel de hermano mayor celoso y sobreprotector para otro momento.

Consigo disipar el rojo iracundo de sus iris, pero no de la manera que espero, pues ahora resplandece un candente dorado. Me sorprende tomándome de mis caderas pegándome a él, parpadeo sorprendida y me sonrojo al sentir al Connorconda contra mi vientre.

—Preciosa, no creerás que te has liberado de lo que provocaste, ¿o sí?

—Si crees que llamándome por ese apodo y dándome esa sonrisa de Don Juan caeré a tus pies, estás muy equivocado.

Equivocada yo al creer que podría tener posibilidad de resistir ante esa sonrisa.

Pero mantengo mi postura y me alejo suyo en contra de todos mis deseos, cruzando los brazos.

Connor responde como esperaba y se acerca unos pasos con expresión de niño berrinchudo, pero la bruja levanta una mano, deteniéndolo.

—Alpha, la Luna se encuentra en estado delicado hasta que tome el antídoto —le dice, pasible—. Hasta entonces, no puede experimentar sentimientos fuertes que la estresen.

La expresión de Connor se ensombrece y la voluntad late en sus pupilas.

¿Estás diciendo que yo estreso a mi Luna?

—Jesús —consigo exhalar—. Sin ofender, guapo, pero eres más denso que el agua.

Yo...

—Ella ya tomó el antídoto —habla otra voz.

Es Kaiden, quien, en sus brazos, abriga todavía a una derretida Alex.

En las Fauces del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora