Capítulo 16

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16|Explicaciones

Connor:

Maldición.

Si ya todo se estaba yendo a la mierda con la llegada de mis padres y la presencia de Natalie, un ataque hacia mi manada era la cereza del jodido pastel.

Gruño ya cansado de esta situación.

—Madre, Alex y Emma vayan junto con los demás hacia los refugios subterráneos –ordeno, todos me miran —. Padre, si quieres ve con ellas, Kaiden ven conmigo.

El rubio asiente decidido, mi padre dice que ayudará y cuando veo a Alex abrir la boca le corto inmediatamente. Esta vez no le aceptaré su ayuda.

Una segunda persona aparece en la puerta, una mujer, empleada, adulta. Hace una reverencia. —A-alphas, vengo por la Luna y la señorita y señora Nebrack.

Volteo hacia Emma y la descubro comiendo una pechuga de pollo, concentrada. A pesar de todo me saca una sonrisa. Mi pequeña glotona. La tomo de las mejillas y ella deja de masticar para verme con vergüenza y asombro. Planto un beso en su frente.

—Ve con ellas y, por favor, cualquier cosa grita como... –Me detengo cuando me quedo sin una idea de qué decir como ejemplo, pero ella habla.

—¿Cómo si tirarán deliciosa comida a la basura? –dice con la boca llena.

Sonrío. —Nunca cambiarás. Y sí, así.

Observa mis labios y traga. —Te daría un beso pero... ya sabes. –Señala su boca, con restos de comida en la comisura —. Perdón por ser una matapasiones.

—No importa, preciosa, me conformo así. –Beso su frente otra vez —. Te amo.

Emma se sorprende y estoy seguro que si tuviera más comida en la boca se atragantaba.

Pero es verdad, la amo.

Dejo un beso en la frente de mi madre y en la de Alex también. No quiero ponerme sentimental, pero nunca sabemos qué puede pasar. Espero y tan sólo sea un ataque de unos Roguers.

Alex nos susurra con angustia. —Cuídense, por favor.

Kaiden la besa y yo corro la mirada, Ray abraza a mi madre y luego vamos con el guardia que entró desesperado, dejando a mi chica, mi hermana y mi madre atrás.

Hace mucho que no mato a nadie. Escucho decir a Aamon en mi mente. Con voz maléfica.

«Contrólate. Recuerda a Emma, no quiero asustarla y perderla»

Corremos por los pasillos del castillo y el primero en transformarse es mi padre. Su lobo es igual que el mío, negro, pero con algunas partes blancas por la edad, sobretodo en el hocico. Kaiden y mi guardia se transforman también y luego les sigo yo.

Mi sentidos aumentan y mi pelaje se crespa cuando escucho gritos. Huelo el aire y olfateo a lobos no pertenecientes a mi manada.

Joder.

Pasamos las puertas del castillo y observo el escenario frente a mí. Hay una ola de lobos, formando un perfecto semicírculo. Hay guerreros míos formando otro también, frente a ellos, gruñendo y con el pelaje erizado. Huelo su ira. Están más agresivos de lo normal, y supongo que, debido a que hay mujeres de nuestra manada entre los otros lobos. Las tienen como rehenes y ellas lloran desconsoladamente, asustadas.

En medio de los lobos enemigos hay una mujer. Mierda. Es la misma rubia que tenía a Emma. Nunca la ví en la vida hasta que fui a rescatar a mi Luna, y no quise volver a verla más, por supuesto. Me causa repulsión absoluta.

En las Fauces del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora