Capítulo 15

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[Capítulo sin revisar]

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15| Suegritos queridos

Connor:

Todos observamos boquiabiertos a Emma correr a velocidad impresionante y la puerta rota que dejó atrás.

—¡Maldita sea! –grito —. Zhaira prepara algo para cuando Emma salga de ese estado, estará cansasa. Tú –Señalo al rubio —, transformate y ayúdame a capturarla.

Él asiente sin rechistar y me preparo para transformarme cuando Alex habla.

—¡¿Y yo qué hago?!

—Quédate aquí –le ordeno.

—¡Ni loca!

—¡Alex! –le reprocho enojado.

Mierda. No tengo tiempo. Emma podría llegar muy lejos si quiere y perderse.

—¡Ayudaré quieras o no! –Ella me empuja y luego de un segundo se encuentra transformada en su forma lobuna.

Me mira por sobre su hombro con sus ojos de un impresionante verde y echa a correr. El rubio me mira un segundo y luego él se transforma también.

Me sorprendo por un segundo al ver su forma lobuna.

Su pelaje es de color gris metálico, con algunas manchas más oscuras en el pecho y en el lomo, no solo me sorprende el hecho de que justamente su pelaje es de ese color sino también su tamaño.

Ambas características son pertenecientes a un beta.

Salgo de mi ensimismamiento cuando él se vá detrás de Alex.

Me transformo yo también y cuando siento que todo terminó abro los ojos.

Todos mis sentidos aumentaron ahora, y mucho más que me encuentro alerta por mi Luna. Corro hacia afuera de la casa de la bruja y en el camino aullo para alertar a los guardias en las fronteras.

Respiro profundo mientras tomo camino hacia el bosque; el camino principal. Siento distintos olores: pinos, tierra mojada, animales, esencia de hombres lobos (de mis guerreros) pero no de Emma.

Entierro mis patas con fuerza en la tierra, la sangre ya circulando a niveles rápidos por todo mi cuerpo. Esquivo árboles mientras retomo mi camino ahora hacia el castillo.

Escucho un aullido en la parte norte de mi territorio; cerraron todas las salidas posibles.

Bien, al menos sé que ya no puede salir de la manada.

En segundos llego hasta el centro del territorio, me detengo en frente del campo de entrenamiento. Mis guerreros me miran alertados al verme transformados pero los ignoro buscando a Emma.

Gruño de enojo por no encontrarla y ellos instintivamente retroceden bajando sus cabezas.

La costumbre, supongo.

Un aullido llega a mi orejas. Mi cabeza se mueve automáticamente en dirección al castillo. Es un aullido de un lobo, del rubio, y me está llamando.

Es fácil distinguir los tipos de aullidos; cuando son fuertes, continuos, y agudos son de alerta. Cuando son largos y sin detenerse el lobo que lo emite quiere que sepan su ubicación.

Justo como el que acabo de escuchar.

Con un gruñido les ordeno a los guerreros que vuelvan a hacer lo que hacían y corro hacia el castillo.

Llego a allí y en la las puertas está el lobo color plata.
Justo cuando llego a su lado las puertas son abiertas de par en par. Ahí, se encuentra una animada Emma.

En las Fauces del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora