Capítulo 5

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Viajes cancelados

Están a centímetros el uno del otro, respirando y expulsando el mismo aire, él se inclina hacia adelante para cerrar la distancia entre ellos antes de detenerse esperando que ella haga el movimiento final.

El aire está cargado de tensión, pero cuando ella presiona sus labios contra los de él al principio es asombrosamente suave, el más mínimo susurro de contacto, los párpados se cierran y su mano se levanta de su pecho.

Es dulce y casi inocente.

Entonces el interruptor gira.

Se tambalean, agarrándose mientras el beso pasa de casta a lengua y dientes y las manos del Alpha Klaus agarran la parte posterior de sus muslos y la alzan para que sus piernas se envuelvan alrededor de su cintura. Ella le pasa las uñas por el pelo y le cierra los tobillos detrás de la espalda, inclinando la cabeza para poder besarlo más profundamente.

Sus manos están apretando su trasero y de repente hay una ráfaga de viento, su espalda se presiona contra la puerta de la cabina mientras él rompe el beso para darle tiempo a respirar mientras se sumerge en el lado derecho de su cuello y muerde juguetonamente la carne allí, encontrando un lugar debajo de la oreja que la vuelve loca mientras gira las caderas y siente su erección en la unión de sus muslos, haciéndola cálida y húmeda de deseo. Se agacha y encuentra el pomo de la puerta justo debajo de ella.

Mira alrededor de su entorno inmediato con sorpresa, confusión surcando una adorable línea entre sus cejas.

- ¿Quién es el dueño de esta cabaña?- preguntan mientras Caroline inclina sus caderas para que todavía pueda sentir su erección contra ella.

- Labonairs- responde distraídamente mientras se quita el pelo del camino - No te preocupes por eso, mientras no sepan que estás aquí no aparecerán.

Ella lo empuja hacia abajo para otro beso, sus lenguas chocando y lanzándose dentro y fuera de la boca del otro, él comienza a empujar contra ella sus jeans rascando sus piernas desnudas mientras su parte superior se eleva, exponiendo su estómago.

Él la mira con ojos hambrientos, ambos jadeando ella asiente un poco y con un gruñido juguetón él se pone de pie, sus piernas todavía envueltas alrededor de su cintura, así que ella va con él, chillando en shock y agarrando su hombros, arrugándole la nariz cuando él se ríe y la besa rápidamente lamiendo la sangre del rasguño en su mejilla, mientras se mueve por la casa, deteniéndose cuando encuentra un dormitorio.

No se da cuenta hasta que él la acompaña y la deja caer sobre el colchón desnudo, mirando alrededor y reconociendo el dormitorio principal.

Una ominosa nube gris oscurece su día soleado, años de miedo inculcado e instinto de supervivencia gritando peligro y muerte, hasta que en algún lugar dentro de su confianza natural levanta la cabeza.

Si va a cruzar este puente, bien podría quemar la maldita cosa mientras está allí.

Se sienta y se quita los zapatos y la blusa, tirándola al piso mientras el Alpha Klaus cierra la puerta y la acecha.

- Tu turno- ella le dice, observando ansiosamente cómo su camisa se enrolla junto a la de ella, revelando un marco fibroso y él es depredador mientras sube descalzo a la cama y se cierne sobre ella.

Su mirada arde y ella alcanza su sujetador detrás de ella, se lo desabrocha y se lo baja por los brazos antes de colgarlo alrededor de su muñeca y tirarlo a un lado. Él gruñe y humedece sus labios inclinándose hacia adelante para besarla, bajándola suavemente sobre su espalda mientras ella baja sus pantalones cortos, pero él captura su mano y la levanta sobre su cola de caballo.

La hembra Alfa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora