Capítulo 15

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Fotocopias y oficinas de correos


Treinta segundos.

Eso fue todo el tiempo que le tomó a Klaus diezmar a los hombres que se habían atrevido a tocar a su compañero.

Treinta segundos y una bala saliendo de su hombro.

Treinta segundos fue demasiado porque cuando terminó con su último enemigo, se volvió para encontrar a un lobo con las manos sobre su compañero desnudo.

Su sangre está arriba y su furia lo está cegando, tiene al lobo en el aire luchando por respirar antes de que el grito de Caroline llegue a sus oídos.

- ¡Klaus!

Unas manos suaves tocan sus hombros y todo se desangra, toda su ira, frustración, miedo y sed de sangre.

Lo dejaron de pie en el camino, deslumbrando mientras bajaba a la criatura al suelo.

- Klaus, este es Tyler, es un lobo Arctos uno de mi manada.

El lobo en cuestión jadea y tose, tratando de recuperar el aire en sus pulmones mientras se agarra el hombro herido.

- Aparentemente carece de las famosas habilidades de lucha de tu gente- señala Klaus con frialdad, al ver al joven erizado ante el insulto.

- Hola hombre- Tyler se rompe - Tenía una pistola en la cabeza.

Abre la boca para discutir, necesita liberar su energía aún acumulada en alguien, pero luego oye un sonido tranquilo y se da vuelta para darse cuenta de que Caroline está temblando.

Sus brazos están cruzados fuertemente sobre sus senos expuestos y está mirando al cadáver más cercano con una expresión pensativa.

Momentáneamente, Klaus está asustado de que su acto la haya horrorizado y asqueado, pero cuando ve la piel de gallina en sus muslos desnudos se da cuenta de lo que está buscando.

Pero ella no usará la ropa de ella, sus enemigos.

No tenía chaqueta, pero se quita la camiseta y se la da, ella se la pone agradecida y Tyler le ofrece la chaqueta, algo voluntariamente, el niño ya se la estaba quitando cuando Klaus se la quitó de su cuerpo.

Ella les da una sonrisa tensa y se pasa los dedos por el cabello, sus mejillas se tiñen de un rosa pálido y Klaus está luchando por entender por qué su desnudez era una fuente de vergüenza para ella.

Los lobos siempre cambiaban en manadas y por lo general, después de los primeros tres meses, los recién convertidos dejaron de preocuparse si habían sido vistos desnudos antes o después del hecho.

Sin embargo, razona, esto no fue un cambio de luna llena sino más bien un intento de violación...

Respira hondo y apoya las manos sobre los hombros de Caroline.

- ¿Estás bien, amor?

Ella traga y se estira.

- Tenemos que ir al hospital.

Su sangre se enfría y sus ojos recorren rápidamente su cuerpo, está magullada y maltratada, favoreciendo su pierna izquierda y hay sangre en su cabello, pero él no puede ver nada que justifique el tratamiento médico.

A menos que no hubiera llegado a tiempo.

Ella debe ver el horror en sus ojos.

- Está bien- exclama - No lo hicieron... me tantearon pero nada me penetró.

Él le da una sonrisa tensa y resiste el impulso de desgarrar los cuerpos de nuevo.

- ¿Por qué no nos vamos a casa, amor?- sugiere, mirando por encima del hombro cuando ve un auto que sube por la calle - Puedes darte una buena ducha larga.

La hembra Alfa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora