Capítulo 11

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Reuniones apenas vestidas


La cena de esa noche fue un asunto curioso.

Caroline había pasado la tarde bebiendo interminables tazas de café con Elijah y Elena.

Aparentemente, ninguno de ellos se había dado cuenta de que suministrarle a un hombre lobo ya nervioso suficiente cafeína para hacer que un oso hibernante fuera hiperactivo podría haber sido una mala idea.

Caroline había estado demasiado preocupada por causar una buena impresión como para rechazar cualquiera de las tazas y, cuando la conversación había fallado, había encontrado un libro de cocina que alguien debía haber comprado como regalo de mordaza o por capricho.

Había comenzado a buscarlo por pura curiosidad y cuando encontró una receta, le gustó la apariencia de que había revisado el refrigerador y la despensa en busca de ingredientes.

La cena nunca fue realmente una comida que la familia Original se sentó y comió juntos, después de todo, rara vez necesitaban comer y cuando lo hacían era para beneficio de un humano, una forma de reunirse o de aburrirse.

Pero Klaus había regresado a casa para encontrar a Caroline cocinando espaguetis a la boloñesa y horneando una tarta de manzana para el postre con Kol observando cada movimiento mientras comía todo el pan de ajo que había hecho.

Ella le dio un beso de bienvenida en la mejilla.

- Espero que esto esté bien- señaló la comida y Klaus alejó la mano de Kol de la olla hirviendo.

- Está bien amor, usa lo que quieras.

- Tengo hambre- se quejó su hermanito y lo fulminó con la mirada.

- Esta cena no es para ti.

- En realidad- intervino Caroline - Puede que tenga que ser así, nunca me han permitido cocinar antes y creo que hice demasiado.

Este fue un comentario casual, descartable, pero como era el hermano de Klaus y, como tal, muy versado en la detección de abusos, Kol captó el significado detrás de las palabras y le echó una mirada.

Klaus sacudió sutilmente la cabeza y colocó sus manos sobre sus caderas, besando la parte posterior de su cuello cuando ella comenzó a repartir los platos.

Rebekah todavía no había regresado a casa y Marcel había salido a buscarla, pero afortunadamente Elijah y Elena estaban en la habitación contigua mirando la televisión y la joven había entrado ansiosamente cuando escuchó el llamado de Klaus para cenar.

Lo cual fue beneficioso porque no era una solicitud.

Si su loba peculiar quería una comida familiar, entonces su familia se sentaría alrededor de la mesa y comería lo que ella les sirviera.

Afortunadamente, Kol comería cualquier cosa que no estuviera empapada en verveina, así que está en la mesa y se da una porción excesivamente generosa cuando el resto de ellos se sientan a su alrededor.

- Esto se ve encantador- Elena brotó alegremente del lado de Elijah y Caroline la miró radiante.

Klaus había imaginado que los dos se harían amigos, pero todavía está aliviado de que no esté enfrentando problemas en ese momento.

Si a Elena le gusta Caroline, entonces traerá a Elijah o al menos, evitará que le exija a la chica que se vaya de la casa.

Klaus toma el tazón de pasta y se asegura de que Caroline tenga una porción grande antes de llenar su propio plato, ella le lanza un ceño fruncido y confuso, pero luego se vuelve hacia Kol mientras murmura algo con la boca llena del último pan de ajo.

La hembra Alfa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora