Epilogo

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Afortunada, guardé todo esto.

Caroline

Era solo una niña cuando mi mundo terminó en un resplandor de fuego y sangre.

Apenas era una mujer adulta cuando lo reconstruí de los huesos de mis enemigos y la ruina de todo lo que alguna vez habían querido.

Pero mi triunfo no fue sin costo.

Cuando era una niña, cuando aún era una mujer joven, soñaba con un futuro lleno de felicidad y risas.

Después de esa noche, soñé con el color rojo más específico con sangre.

La barrera alrededor de la casa se destruyó, los medios para evitar que vampiros e híbridos no entrarán a la propiedad fallaron cuando mi abuelo tomó su último aliento y yo logré exhalar el mío tres segundos después. Cuando Nik me encontró tirada en el suelo, estaba muerta.

Pero cuando mi mera existencia es una rebelión, un grave desequilibrio de la naturaleza y de la magia ¿por qué me sometería a las reglas de la vida y la muerte?

Además de que Nik vertió suficiente sangre en mi garganta como para haber podido resucitar al primer hombre lobo de Forbes, a pesar de que este ya había sido simples huesos durante siglos.

Cuando me sacó de la casa, apenas consciente, los lobos del paquete del Atlántico Suroeste, los pocos que aún quedaban con vida, se dieron cuenta de que la batalla se había perdido. De que ellos habían perdido.

Se rindieron y como mi macho alfa, Nik les dio un cuarto de la casa. Creyendo que conocía mis deseos, les mostró la misericordia que yo les daría, permitiéndoles atender a sus heridos y enterrar a sus muertos.

Me llevaron de vuelta a la casa de mi abuelo, me subieron escaleras arriba a una recámara, a una habitación que debería haber recibido en el momento en que me quedé huérfana justo después de la masacre de mi gente; un lugar donde hubiera esta segura para descansar y recuperarme. Pero esa no fue mi historia.

Dos días después, me declaré Alfa del paquete Atlantico Suroeste a los diez sobrevivientes de la manada, y puse a Jesse como mi vigilante en el área, para asegurarme de que mi regla se cumpliera cuando regresara a casa.

Al lugar que conocí como casa por poco tiempo cuando era una joven chica. Una casa que se convirtió en mi hogar.

Hogar, regresaba a Mystic Falls.

En el poco tiempo que me separaron de mi hija, ella comenzó a abrir los dos ojos para ver el mundo. El mundo que había cambiado irrevocablemente en solo unos pocos días.

La arrebaté de los brazos de Elijah con avidez y la sostuve contra mi pecho, jurando y prometiendo que no volvería a dejarla ir nunca más. Contemplé sus pequeños orbes y me pregunté si ella sabría la magnitud de las cosas que hice, que algún día podrá apreciar todo lo que había hecho por ella.

Para nosotras.

Había sacrificado la poca inocencia y el bien que me quedaba por ella. Mate a la linda e ingenua Caroline y en su lugar estaba la Alfa Caroline que era misericordiosa pero igual era inhumana.

Por la manada.

Pero eso es lo que significa ser Alfa de la manada Arctos.

Cuando Bonnie me llevó a un lado y me explicó, lo más gentilmente posible, cómo había llegado a la creación y cómo me había apareado con Nik, supuse de inmediato que mis padres no habían sido tan ciegos ante el plan de mi creación como ella y su abuela habían creído que eran.

Mi sospecha se confirmó cuando Kol y Rebekah quemaron el roble blanco que crecía en mi tierra ancestral.

Venía de una larga línea de cazadores de vampiros y brujas, mis padres habían anhelado el poder y el territorio, por todos los medios necesarios.

Pero, ¿quién soy yo para juzgarlos?

Asesiné a mi propio abuelo y habría hecho cosas peores si hubiera tenido que hacerlo.

Pero me alegro de no haberlo hecho.

Aun así, cuando Alaric me dijo que él y Jenna planeaban nombrar a su bebé William, le dije que lo llamara por otro nombre. Ya era bastante malo que mi hija tuviera que vivir con el legado de mis padres, le dije que dejara que los muertos se quedarán así y que su hijo merece crecer para tener una vida independiente de los fantasmas del pasado. Incluso le sugerí que Bonnie, recién perdonado por Nik y yo, y a quien recién establecimos en su nuevo papel como jefe delegado de la familia Bennett y aliados de la manada, sería su madrina.

Cualquier medio necesario para llevarnos hacia la paz.

Me llevó un año perdonar a Nik por completo, un año en el que viví en el Valle de Arctos con mi hija, reconstruyendo la manada y nuestra tierra mientras él pasaba su tiempo entre New Castle, Nueva Orleans y Mystic Falls, siendo un momento el Alfa de los Alfas y a continuación, mi consorte. No fue fácil, para mí o para él, discutimos amargamente a veces y hubo momentos en que ambos juramos que habíamos terminado todo el uno con el otro. Pero mientras uno de nosotros logró aguantar y disculparse, lo logramos.

Cuando nos casamos el día de San Valentín, seis meses después, Hayley era mi gran dama de honor, con Rebekah, Elena y Bonnie como mis otras damas.

Pensaban que las había elegido a cada uno de ellas por amor y esa era en parte la razón, sin embargo era también porque, mientras estaba allí uniéndome y creando un lazo sagrado con Nik, el Alfa de los Alfas, lo hice igualmente con la Alfa del Clan Crescent, la bruja Bennett y una vampira original detrás de mí.

Ninguno de los lobos que asistieron, los que estaban en nuestras manadas y los Alfas que habían venido de todo el continente y algunos incluso de Europa podían ignorar el simbolismo. El poder y la unión que había entrelazado en cada uno de nosotros.

Los lobos Arctos eran más poderosos que nunca.

Y nadie se atrevió a desafiarme.

Entonces, aunque mis noches están llenas de sangre y de muertos, mis días están llenos de la luz del sol y la felicidad que recuerdo de mi juventud.

Mejor aún, veo que mi hija ahora vive en el cuento de hadas encantado que una vez llamé mío.

Pasa sus días corriendo de un lugar a otro, riendo mientras su familia extendida la entretiene o los lobos de sus manadas juegan con ella. Cada día se vuelve más y más bella, una mezcla perfecta de Nik y yo, y Hayley trae a su hijo, un año más joven, en cada oportunidad, determinada a que nuestros cachorros algún día crezcan y se enamoren, se casen logrando tener su felices para siempre.

No sé qué deparará el futuro, pero sé que soy Caroline Forbes, Alfa Hembra del paquete Atlantico Noreste, Alfa del paquete Arctos y Alfa del paquete Atlantico Suroeste.

Entonces solo queda mirar al siguiente día, hacia nuevos caminos.

CarithoMorals

Aclaración este fanfic no me pertenece yo solo traduzco para los amantes del Klaroline.

¿A ustedes les gustaría ver una historia de Lizzie? ¿Que les pareció el final?

La hembra Alfa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora