→ dieciséis.

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— ¿Por qué no encienden las luces? —el castaño camina decidido hacia los enchufes, la noche estaba cayendo y siendo su primer día allí, sentía curiosidad sobre como se vería la decoración completa.

BoYoung le toma del brazo para alejarlo, el menor se queja cuando le tira lejos de la zona.

— Tu hermano dijo claramente que no quería que esas luces se encendieras hasta navidad. —YoungJae lo repitió una y otra vez, llegando al límite de pegar con cinta adhesiva protector en el toma corriente para que nadie pudiese intentar conectarlo. — Deja de husmear y búscalo, la cena está lista.

TaeHyung gruñó en protesta, ¿por qué YoungJae insistía en guardar la bonita de decoración? Navidad era todo el mes, por algo los arreglos se planeaban con anticipación. Pero debía admitir que solo quería ver que tan bonito podía lucir el departamento, porque más de lo que ya se encontraba seria alucinante.

Apenas se enteró de la muerte de su padre, canceló su regreso a Chile y visitó a su madre para acompañarla en todo lo que necesitase. También había sido un shock todo lo sucedido, pero prefirió esconder su dolor muy dentro de su pecho, donde pudiera sacarlo cuando se sintiera listo y decidió ser un apoyo más que una carga, porque ya la familia estaba siendo bastante pesada por si sola. Entre el caos de la compañía de sus padres, la salud mental de su hermano y su reciente perdida, ¿para qué añadir algo más en su lista de desgracias?

Amplió una sonrisa antes de tocar la puerta de la habitación de su hermano, pero no recibió ninguna respuesta dentro de los cuatro llamados que hizo. Optó por girar el picaporte y comprobar por si mismo que todo estuviera en orden, quedarse encerrado con llave estaba prohibido por ordenes de BoYoung.

— ¿YoungJae-ssi?

Su hermano estaba allí, no acostado sobre su cama como normalmente se lo encontraba. En ésta ocasión, la mitad de su cuerpo estaba echado encima de su escritorio y la otra en una silla, no había computadora ya no estaba porque se había roto en un accidente—aunque sabía que YoungJae tenía otras, pero éstas se mantenían en su biblioteca personal o la sala estar y no le había visto tocar ninguna—, así que había un gran espacio donde podía caber perfectamente.

La habitación estaba un poco más vacía que antes, eso lo notaba a medida que se acercaba para intentar despertarlo, las fotos se fueron, las figuras que alguna vez le obsequiaron tampoco adornaban el estante que tampoco estaba en la habitación. De hecho, si ya de por sí era espaciosa, se veía gigantesca con la cama, el escritorio y el armario, la puerta del baño se veía diminuta en una esquina.

— Hermano...—Puso su mano encima de su espalda y lo movió un poco, YoungJae soltó un gemido molesto. — Vamos, mamá ya hizo la cena.

— Comeré después.

―blooming day.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora