→ dos

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Una semana después, YoungJae escuchó como la puerta de su departamento era golpeada con insistencia. La fuerza de los llamados no solo lo asustó, provocó que todo su cuerpo sintiera una electricidad única que lo hizo saltar de la cama de forma involuntaria y enviarlo directamente a la madera fresca que hacía de su piso. La persona que estaba detrás de la puerta dejó muy en claro que necesitaba entrar al departamento, eso le causaba temor porque las visitas sorpresa no eran para nada algo que le agrade. Únicamente las de su madre y Jackson, solo que éstas eran puntuales los dieciocho de cada mes para asegurarse que YoungJae continúa tirado sobre su sillón envuelto en su agonía y añadiéndose como otra capa más del polvo en la estantería. 

El reloj minimalista en la sala de estar marcaba las ocho y media de la mañana, por lo que la idea de que el dueño del edificio pasara a darle algún tipo de información se cruzó por mente. Pero, no era posible. Después de todo, la editorial fue especifica al darle ordenes de utilizar correos para comunicarse con él y si se trataba de algún pago, el día anterior había terminado de comprar el año entero.

¿Quién podría molestarlo tan temprano? Se preguntó mientras caminaba hacia la puerta. Había salido tan rápido como se le hacía posible de la cama, por lo que no se colocó sus pantuflas y sus pies estaban sufriendo al andar en puntillas como un esfuerzo de evitar la superficie fría del piso. YoungJae olvidó cerrar las ventanas de nuevo y ni siquiera la calefacción podría rebajar al instante la temperatura dentro del lugar. 

Aún así, evade el tener que caminar hacia las ventanas para cerrarlas y solo se concentra en abrir la puerta. Hay un chico un par de centímetros más alto, pero a comparación de él era mucho más ancho por sus hombros. Su cabello es de un tono castaño no muy oscuro, café y lo trae hacia un lado de su rostro dándole una mejor vista al éste, el cual era muy atractivo. Su vestimenta era simple y casual, sin esforzarse demasiado en lucir bien porque toda la atención la acaparaba su rostro.

De alguna forma, siente que tiene que dar la gracias, pero no sabe a qué.

—¿Me dejarás pasar o me quedaré aquí afuera esperando a que me analices por completo?

Mientras que su ceño fruncido le advertía que cualquier cosa errónea que diga podría recibir un puñetazo de su parte, su voz resultó ser dulce.

Espera... ¿Acababa de quejarse porque no lo deja entrar? Ni siquiera lo conocía, ¿quién diablos se creía?

—Disculpa, pero no dejo entrar a desconocidos a mi departamento, por si eso era lo que pretendías. —respondió y su voz salió bastante estable, se felicitó a si mismo por no mostrarse afectado.

YoungJae consideró que quizás era un ladrón y que en cualquier momento lo golpearía en el rostro, pasaría sobre su cuerpo inconsciente en el suelo y robaría tantas cosas entraran en su sudadera. Probablemente despertaría un par de horas después con la palabra 'perdedor' escrita en su frente y sería con un marcador permanente. 

―blooming day.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora