→ veintidós.

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— Ya llegué... Wow.

La pelinegra se queda pasmada desde la puerta con el picaporte en su mano, cuando YoungJae se giró hacia su dirección, pudo soltarlo para que finalmente se cerrara por si misma.

El escritor bajó tímidamente de la silla, escondiendo sus manos detrás de su espalda.

— ¿Es muy exagerado?

Las luces de navidad no habían sido retiradas como JaeBum le había sugerido para hacer decoración, pero YoungJae decidió arreglarlas de forma que cayeran sobre el sofá, el cual estaba más pegado de las ventanas. YeEun pensó que se vería mejor cuando el cielo se haya oscurecido, pero también notaba como había una mesa frente al sofá llena de dulces que hacían llorar su bolsillo.

Lo más llamativo de la decoración era en lo que el escritor había estado haciendo encima de una silla, alinear globos azules de helio para que no se amontonaran en una misma zona. Por la forma en que están organizados, estaba más que claro todo el tiempo que le había tomado separarlos. Su rostro brilla debido al sudor que expulsaba su piel, su pecho subía y bajaba de forma errática. Estaba demás añadir, que el departamento se encontraba impecable.

YeEun no tenía palabras.

— ¿Esto es para JaeBum?

Era extraño escuchar como la psiquiatra tuteaba al cocinero de manera informal, porque nunca ha intentado hacerlo aún cuando entre los dos había una relación bastante liberal. Él era su hyung y lo respetaba como tal.

Agitó su cabeza lentamente, apretando sus labios.

Aunque JaeBum le había repetido miles de millones de veces que no le había molestado que olvidara su cumpleaños, YoungJae sabía que lo había decepcionado por la forma en que sus ojos disminuyeron su alegría.

El escritor tenía malas experiencias con cumpleaños, era cierto, no les tomaba la importancia que los demás haciendo grandes fiestas o viajes exóticos. Pero, muy diferente a él, JaeBum comenzaba a tener problemas para dormir por culpa de su emoción semanas antes. ¿Y cómo no hacerlo? Cuando tenía amigos que preparaban reuniones y bonitos regalos de los cuales tardaba semanas en dejar de mencionar. Como la linda reunión que organizaron para él en el departamento de su madre y embarraron de pastel y confeti. No había forma en que el cocinero no se sintiese ansioso por saber que tan bueno será el próximo año.

Y YoungJae no tiene a nadie que haga tales cosas por él, bueno, excepto ahora que JaeBum está en su vida y creyó que debían empezar a incorporar las típicas tradiciones de amigos normales, aunque ellos no sean la definición exacta de lo último. Después de su error, decidió remediarlo

JaeBum había estado tres días fuera de la ciudad para atender el asunto de la admisión de la academia, papeleo y exámenes. Sin embargo, los dos habían acordado que verían los resultados listo en los finales de enero, juntos cuando el mayor regresara. Durante ese tiempo se encargó de organizar una improvisada y extraña fiesta de cumpleaños para el mayor. Repentina porque había buscado ideas en internet sobre como realizar una decoración adecuada con pocos materiales y raro porque solo serían los dos, con globos rodeándolos, sombreros puntiagudos y un pastel que no había empezado a hacer.

―blooming day.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora