→ veintiocho

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JinYoung y YeEun sueltan ruidosas carcajadas que llenan la habitación por completo, en una sincronía perfecta y logrando adivinar cuando la mano del otra se encuentra alzada para chocar contra ésta

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JinYoung y YeEun sueltan ruidosas carcajadas que llenan la habitación por completo, en una sincronía perfecta y logrando adivinar cuando la mano del otra se encuentra alzada para chocar contra ésta. El sofá es amplio, alrededor de tres cojines separan a la pareja del solitario JaeBum, quién había dejado de prestarle atención a la película porque las burbujas que creaba con la pajilla al girarla en su cerveza parecía mucho más entretenido. Se suponía que sólo sería una noche entre su mejor amigo y él, pero los dos armaron un plan demasiado evidente para hacerlo sentir muy incómodo.

YeEun siempre los acompañaba en sus noches de chicos, no era nada raro para él compartir con la psiquiatra aunque sea la primera en emborracharse y darle un momento difícil a su novio y él, puesto a que ellos tampoco se encontraban bien para llevarla a una habitación a descansar. Eran detalles que no creaban impedimentos en su diversión, pero en ese momento JaeBum deseaba haber rechazado la invitación y quedarse simplemente en casa a ver los mismos programas que lo tenían más que harto, pero no tanto a como se sentía ahí.

Puede verlo en su comportamiento y las miradas preocupadas que YeEun le lanzaba de vez en cuando, JaeBum definitivamente no se imaginó que una noche entre amigos se convertiría en un constante recordatorio de lo mal que se sentía por cierto acontecimiento. Y era exacto lo que quería ignorar, pero su pecho solo se oprimía más y más, no sabía cuanto tiempo podía permitirse estar allí.

― ¿Viste eso? ―Elevó su mirada hacia JinYoung, quien señala al televisor― ¡Fue ridículo!

JinYoung no tenía su atención en él, por lo que no notó la mueca aburrida en su rostro y estuvo satisfecho con la vaga respuesta que soltó. JaeBum pensó que no haría ninguna diferencia si dejase la habitación y lo comprobó cuando se puso de pie, su sombra fue llamativa pero no lo suficiente para llamar la atención de sus amigos. De todos modos, fue silencioso mientras caminaba hacia la cocina.

¿Qué estaba haciendo? Podría escabullirse hasta la puerta y darse por liberado, al menos unas horas antes de que notaran su ausencia y llenaran el móvil de mensajes regañisticos. Pero, no es capaz de herir de ese modo a sus amigos, JaeBum sabe que no ha hecho nada más que apartarse mientras JinYoung insistía en sacarlo de su apartamento que no permitiese que el respiro que intentaba tener de todo fuera realmente uno: donde no pensara en lo mismo una y otra vez. Y era lo que hacía, sin importar lo que intentara, su mente volvía a esa noche donde creyó que lo perdería todo. Donde se percató lo que realmente YoungJae significaba para sí mismo.

Y tan grande era la definición, que tuvo que sentarse en el borde del gran abismo que era el escritor y replantearse lo que implicaría estar a su lado. Tal vez una parte de él quiere creer que YoungJae no lo está hundiendo, porque sería imponer algún tipo de culpa que no posee en lo absoluto. JaeBum es la única persona que decidió no hacer algo con sus sentimientos o el deseo de querer protegerlo, como si el tenerlo en sus brazos haría que todos los monstruos se alejaran de él. Siendo la luz que aclarara la oscuridad en la que vivía, creyendo ser lo que no es y nunca debió fantasear con algo tan serio. ¿Cuál podrían ser las consecuencias? Simples, un corazón confuso y sentirse tan inútil como persona.

―blooming day.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora