El nerviosismo que recorre a la psiquiatra es indescriptible, la duda sobre si estaba tomando la mejor decisión rodaba su cabeza como un remolino: aterrador y mareante. Desea regresar algunos pasos y pensarlo mejor, es todo. Como si algunas palabras faltaran en su cabeza.
No lo descubrirá, de todos modos, sus dedos en automático escribieron el código del departamento del escritor y se adentró en éste tan rápido como escuchó el «click» indicativo de la cerradura abierta.
Inhaló profundamente aire cuando encontró al escritor en su sofá, como era habitual entre todas las veces estuvo allí. Sin embargo, un nuevo accesorio cambiaba la imagen rutinaria: el teléfono fijo siendo sostenido entre su oído y el hombro, y los controles del mismo en su regazo. YoungJae apenas se inmuta cuando observa a la psiquiatra caminar los pocos pasos que separaban la puerta y su sofá, lentamente colgando la llamada y dejando el aparato sobre la mesa. Sus nudillos han mejorado bastante, volviéndose costras pequeñas alrededor de esas zonas. Dado el nerviosismo, una de éstas empieza a ser arrancada de forma inconsciente.
Contrario al daño que se provocaba en sus manos, su expresión era similar a la felicidad que tenía la primera vez que escuchó aquellas llamadas, pero aquella parecía imposible de repetir. Se percatan a que debió estar adherido con aquel aparato lo suficiente para ya no estar feliz, sino satisfecho. Repetirse todas las palabras que JaeBum confió en su buzón le recordaba su meta y sus motivos.
― Hola.
Era un simple saludo, pero había un cambio notable en todo: la iniciativa de hablar primero, la relajación en pronunciar aquellas cuatro letras y la luz en su mirada.
YeEun no puede evitar sonreír, no de la alegría que le produce su estado, sino del nerviosismo por lo que podría significar.
― ¿Estás listo? ―No es capaz de devolverle el saludo, ni siquiera mirarlo. Sus ojos se posan en la mesa frente al mueble, donde un montón de papeles y lápices se encuentran regados en todo el espacio― Puedo esperar a que termines con... ―Señala el desorden― Eso.
YoungJae sacude su cabeza, incorporándose. Hay papeles el su regazo los cuales no notó por el teléfono anteriormente colocado en este, pero el escritor simplemente los tira lejos mientras se hace un camino hacia la psiquiatra. YeEun siente curiosidad, pero debe recordarse no se encuentra allí para husmear en los asustó del escritor, sólo para darle un mensaje.
El escritor y la psiquiatría se conducen hacia la biblioteca personal, apartada hasta el fondo del apartamento. YeEun sentía que entraba en un nuevo mundo cuando se encontraban allí, como si aquel fuera el corazón del escritor protegido por una gruesa y sólida capa de libros: era hermosa, pero aislada.
Es familiar el paseo hacia los muebles en medio de la habitación, YoungJae tomando el más grande y esperando pacientemente a que la psiquiatra se siente frente a él.
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―blooming day.
Fanfiction❝ YoungJae es un famoso escritor que lleva más de tres años escondido en su departamento, apartado de los medios y hundiéndose en lo más profundo de su tristeza. No hay nada más trágico que un escritor sin inspiración y él es la prueba de ello. Su m...