→ veintinueve

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Con un frasco de pintura acrílica marrón y un pincel empapado con ésta sustancia, se encargaba de eliminar los errores en su 'escalera', echado en el suelo. Tenía un pulso especialmente terrible ese día, pero no iba a soportar otro minuto observando el color siendo barrido de una forma extraña alrededor de la habitación, deformando el dibujo original. La ubicación no fue la mejor, pero YoungJae no lo consideró hasta ver el problema volviéndose difícil de ignorar.

Tal vez, los percances con el sitio no serían lo primero que le señalarían. YoungJae no tenía habilidades para dibujar o algo relacionado con la decoración. Claro, no estaba en su mente que podrían pensar las personas acerca de lo que hacía. Para él, esa escalera debía ser la más bonita de acuerdo a lo que se ajustaba a sus planes. Por ello, le era imposible no buscar posibles errores, sentarse en los 'escalones' para observarlos y suspirar, sintiéndose un tanto culpable por permitir que sus propias exigencias le permitieran distorsionar el propósito de todo. No importaba si no era linda para otros, sino lo bien que le hacía sentir haberla hecho.

YoungJae se encontraba tan concentrando en pintar como para moverse de la madera, que no pudo evitar rodar sus ojos cuando escuchó los golpes contra su puerta. Sabiendo que no sería la persona que tanto ansiaba ver desde hace días, su ánimo de recibir visitas regresó a ser el mismo de siempre: inexistente.

De manera perezosa, se obligó a levantarse y apartar todos sus materiales. Tomó el picaporte con un mohín en sus labios temiendo que los extremos de la puerta puedan barrer la pintura y arruinar todo en lo que tanto había trabajado, si antes no le gustaban las visitas mucho menos ahora. YoungJae no quiere ser un imbecil al respecto, pero necesita proteger todo lo que ha trabajado en todo momento. Al abrir la puerta, Jackson agita su mano con energía, pero YoungJae lo empuja antes de que pueda poner un pie dentro de su hogar.

― ¡Zapatos fuera! ―Señala sus pies alarmado, puesto a que estuvo muy cerca de traer tierra hacia su 'escalera'.

El mayor frunció el ceño, quejándose con el hecho de que siempre hacía aquello dentro del departamento, ya que en medio del pasillo resultaba un poco humillante realizar esa acción. Pero, retiró su calzado como se le fue pedido y esperó a que vagamente la puerta fuera abierta lo suficiente para que su cuerpo pudiese entrar. Jackson, con dificultad se empujó dentro del departamento, usando las instrucciones que el escritor exclamaba con histeria para ingresar. No comprendía la importancia de su actitud, hasta que pudo estar en la sala luego de tantos problemas con seguir sus palabras.

Soltó un jadeó cuando sus ojos viajaron hacia el suelo.

No era el sitio que pensó principalmente en mirar, su objetivo era revisar el estado del escrito. En ese instante, YoungJae tenía la mirada perdida en el suelo, donde Jackson tardó su tiempo en descifrar lo que estaba formándose desde muy cerca del sofá hasta la puerta. Tampoco estaba seguro de haber encontrado la figura correcta. Era un largo y ancho rectángulo blanco, con caracteres dibujados como si la persona hubiese sufrido un ataque de nervios ―No encontraba otra explicación para tan fea caligrafía y distorsionados trazos―, se formaban una pequeñas líneas decorativas, pero solo le hacía pensar que era para disimular el error al calcular mal el espacio antes de escribir.

―blooming day.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora