→ doce

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JaeBum estaba listo para irse, por lo que caminó de puntillas sobre el piso de la sala, conteniendo la respiración... hasta que escucha la voz de su madre llamándolo desde la cocina, soltando el aire y resignándose a obedecer. Por lo que tuvo que cerrar rápidamente la mochila que llevaría consigo y dejarla cerca de la puerta, para que ésta no la viera.

Apoyándose del marco de la entrada a la cocina, soltó un bufido, actuando lo más relajado posible. La mujer lo mira con una ceja alzada, diciéndole con su mirada que no se engancharía a su anzuelo tan fácil, el cabello le caen sobre los hombros y tiene que apartarlo para cruzar sus brazos encima de su pecho.

— ¿A dónde vas?

— Al cine. —Respondió rápidamente, tal y como ya lo había ensayado. — Voy a ver Toy Story, ¿quieres que te traiga palomitas?

— ¿Ayer no dijiste que la verías? —Preguntó con el ceño levemente fruncido.

JaeBum parpadeó, abriendo su boca para soltar alguna respuesta pero su mente no la formuló tan rápido como quiso.

— La veré en 3D —La duda en su voz era imposible de disimular, porque no estaba seguro si la película estaba disponible en ese formato. —...ésta vez.

MinYoung tampoco disimula a desconfianza mientras lo observa, JaeBum se limita a encogerse de hombros, escuchando las agujas del reloj que le recuerdan en todo momento que debe estar en otro lugar que no era su hogar.

— Salúdame a YoungJae.

— ¡Por supuesto...! —Abre sus ojos de forma exagerada cuando la expresión de su madre cambia. — Espera, eso no...

— JaeBeom...

El cocinero hace una mueca, mientras camina hacia el lugar donde el dedo acusador de su madre le indica, al asiento en una esquina del comedor, el área de castigos.

— Puedo explicarlo.

— ¿Qué habíamos hablado?

— Omma...

MinYoung endurece su mirada y JaeBum no logra sostenerla, quejándose internamente por la familia que le tocó y su increíble poder de intimidarte nada más juntando un poco las cejas.

La mujer toma asiento en la otra silla, la que correspondía a interrogatorios ya que estaba justo en frente a la suya.

— ¿Por qué no se lo has dicho?

— ¡Sí lo hice! —Miente e intenta parecer ofendido ante la acusación. — Y solo voy a llevarle unas cosas, después del cine.

— JaeBum, si YoungJae supiera que cerraremos antes de navidad, no estarías yendo día a día como si nada hubiese pasado. — Ese era exacto el miedo que sentía, ser apartado por el escritor solo por tener aquel problema. YoungJae tenía que ser tan comprensivo y él tan aferrado a las palabras. — ¿Qué sucede?

―blooming day.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora