→ trece

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YoungJae esperó sobre el sofá hasta que el cocinero volviese de hablar por el teléfono, cuando lo vio regresar, de inmediato se incorporó.

— ¿Qué pasó?

JaeBum sacude su cabeza, guardando su teléfono en su pantalón.

— Era ella. —De inmediato lo llenó de preguntas, queriendo saber que le había dicho. — No se encontraba en el edificio, por suerte, estaba en...—Se frenó.

El escritor alzó una ceja.

— ¿Estaba en...?

Sacude su cabeza, no puede decirlo, su madre estaba con los compradores del local donde se concentraba su compañía.

— Con un colega...haciendo panqueques, sí, de mora. —YoungJae ladea su cabeza, el cocinero temió que recordara que ésta ni siquiera tenía amigos más allá de la madre de JinYoung y eso que ni siquiera le había mencionado la existencia de éste. — Muy lejos del departamento..., ash. Lo importante es que se encuentra con una amiga, iré con ella ahora mismo.

YoungJae vuelve a entrar en pánico.

— Quédate...—Musita, pero el escritor alcanza a escuchar un poco.

— ¿Qué dices?

Niega rápidamente, rascando su nuca.

— Solo pensaba que quizás deberías quedarte en otro lugar..., mientras tanto.

JaeBum alza una ceja.

— ¿Otro lugar?

YoungJae asiente, balbuceando un poco.

— Osea..., no sé si puedes quedarte con tu madre y su amiga..., o quizás sí y yo esté hablando tonterías...No sé que estoy diciendo, no me escuches...—Retrocede, pero no logra llegar muy lejos por el sofá y termina cayendo un poco sobre éste. — Soy idiota.

El escritor suelta una risa muy baja mientras avanza unos pasos hacia él, colocándose a su altura al inclinarse.

— ¿Me pides que me quede ésta noche? —Pregunta.

— ¡No! —Exclama. — Digo, sí..., no lo sé..., sí eso es lo que quieres, o no lo es.

— Usa tus palabras.

YoungJae echa su cabeza hacia atrás, soltando un gruñido. ¿Cómo le puede pedirle aquello estando tan cerca, haciendo que sus palabras salgan atropelladas entre sí, sabiendo que ya tiene bastante con intentar soltar la tan vergonzosa petición?

— No me hagas esto.

— ¿Hacer qué? —Cuestiona con diversión. — Solo quiero saber que ibas a decir, me pareció que era una petición. ¿Qué quieres, Choi? Dímelo, para eso me pagas.

―blooming day.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora